Nueva York, 19 sep.- Live Nation, la empresa matriz de Ticketmaster, solicitó este jueves a un juez federal de Nueva York que desestime parte de la demanda presentada en su contra por el Gobierno de Estados Unidos, que busca poner fin al supuesto monopolio ilegal de la compañía en el sector de venta de entradas.
La demanda antimonopolio fue interpuesta en mayo por el Departamento de Justicia (DOJ) junto a más de 30 fiscales estatales y de distrito, quienes acusan a Live Nation de prácticas monopólicas y conductas ilegales que restringen la competencia en los mercados. Posteriormente, otros fiscales se unieron a la demanda civil.
Live Nation, sin embargo, ha pedido que se desestimen las acusaciones de varios de estos estados, señalando que las denuncias sobre prácticas anticompetitivas no han perjudicado a los asistentes de los conciertos en sus territorios. En particular, la empresa se refiere a las acusaciones de bloquear la competencia mediante contratos exclusivos, represalias y amenazas contra salas de conciertos que no utilizan sus servicios de venta de entradas.
La empresa negó haber ejercido presión sobre locales para que contraten los servicios de Ticketmaster y calificó estas acusaciones como irrelevantes para los consumidores o las tarifas que pagan por las entradas.
Además, Live Nation solicitó la desestimación de otra demanda que acusa a la compañía de obligar a los artistas a utilizar sus servicios de promoción para acceder a sus recintos. La empresa argumenta que dicha demanda carece de base legal, ya que la ley antimonopolio federal no obliga a negociar con competidores salvo en circunstancias excepcionales.
El Departamento de Justicia y los fiscales buscan la disolución de Live Nation, alegando que la empresa ha perjudicado tanto a artistas como a fanáticos mediante “tarifas exorbitantes y fallas tecnológicas”. Según la demanda, Live Nation controla al menos el 80 % del mercado de entradas para las principales salas de conciertos, gestiona más de 400 artistas, domina más del 60 % de las promociones de conciertos en Estados Unidos y posee o controla más del 60 % de los grandes anfiteatros del país.