La Habana, 14 sep. – El Gobierno cubano ha anunciado que, a partir de este viernes, el pan subsidiado entregado a la población mediante la cartilla de racionamiento verá reducido su peso de 80 a 60 gramos, debido a la “baja disponibilidad” de harina de trigo en el país. La medida busca mantener la distribución del pan a pesar de la crisis de insumos que enfrenta la isla, según informaron medios oficiales.
El Ejecutivo explicó que esta decisión pretende garantizar que la oferta se sostenga mientras el país se recupera de la “situación circunstancial” que afecta su capacidad productiva. No es la primera vez que Cuba enfrenta una crisis de desabastecimiento de harina, un producto que debe ser importado en su totalidad. A principios de 2024, las autoridades ya habían advertido que no podrían asegurar el pan subsidiado en la canasta básica para marzo por razones similares.
El Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) atribuye la falta de harina al “escaso financiamiento” que sufre el país, resultado de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Además, el Minal confirmó que la reducción del peso del pan vendrá acompañada de una disminución en su precio, pasando de un peso cubano (0,008 dólares) a 75 centavos.
La canasta básica cubana, distribuida mediante la cartilla de racionamiento, proporciona alimentos esenciales a los ciudadanos. Para sostener la cuota de un pan por persona diariamente, Cuba necesita 700 toneladas de harina de trigo.
La economía de la isla se ha visto duramente golpeada en los últimos cuatro años debido a varios factores: la lenta recuperación del turismo, las consecuencias de la pandemia de COVID-19, el embargo de Estados Unidos y fallos en la política monetaria. Cuba, según datos de la ONU, gasta alrededor de 2.000 millones de dólares anuales en la importación del 80 % de los alimentos que consume, lo que ha agravado la crisis alimentaria en el país.