Madrid, 31 julio. “Sobrevivir de una forma digna, no perder la dignidad”, es el mensaje de Jimena, una joven colombiana que ha encontrado en la Fundación Cruz Blanca su nuevo hogar en España. Jimena, cuyo nombre es ficticio para proteger su identidad, desea prevenir que otras mujeres que llegan a España desde América en busca de un sueño terminen recurriendo a la prostitución como una “solución fácil” para ganar dinero.
Jimena, quien fue víctima de explotación sexual, asegura que “uno tiene que tener valores y principios, amarse y respetarse”, e insiste en buscar alternativas fuera de la prostitución. “Una explotación” es la forma en la que describe su experiencia en el ámbito de la prostitución, que no considera un trabajo, sino una forma de explotación que la llevó a enfrentar graves dificultades emocionales y personales.
En España, las operaciones policiales para liberar a mujeres de Sudamérica—principalmente de Colombia, Venezuela y Paraguay—son frecuentes. Estas mujeres a menudo se encuentran atrapadas en redes de trata y explotación sexual. Jimena destaca el valioso apoyo de la Fundación Cruz Blanca, una entidad que ofrece asistencia a personas vulnerables y en situaciones de exclusión, brindando atención personalizada a las víctimas de trata.
Jimena llegó a España con sueños de trabajar y apoyar a su familia, con la ilusión de algún día traer a sus hijos al país. Sin embargo, se encontró con personas que se aprovecharon de sus necesidades, llevándola a trabajar en un club de alterne, un entorno marcado por la explotación y la desesperanza. “No es trabajo, es una explotación”, denuncia, señalando el vínculo entre la prostitución y el consumo de drogas, lo que incrementa la tristeza y la depresión.
Su vida cambió al conocer a la Fundación Cruz Blanca, que le ofreció apoyo psicológico y emocional crucial para superar su situación. Jimena ahora está enfocada en conseguir permisos de trabajo y realizar labores que se alineen con su formación en enfermería, como el cuidado de mayores, aunque también está abierta a trabajar como camarera, cocinera o ayudante en la construcción.
La Fundación Cruz Blanca ha ayudado a muchas personas en situación similar. El 90% de las víctimas atendidas por la fundación son extranjeras, y el 84% son mujeres víctimas de explotación sexual. La Organización Internacional del Trabajo estima que casi 50 millones de personas en el mundo sufren trata y explotación laboral o sexual, generando anualmente alrededor de 150.000 millones de dólares para los explotadores, según Naciones Unidas.
En España, la Policía y la Guardia Civil liberaron a casi 300 víctimas de redes de trata el año pasado, con una gran parte provenientes de Colombia, Venezuela y Paraguay, pero también de otros países como Brasil, República Dominicana, Uruguay, Cuba, Argentina y Perú. La Fundación Cruz Blanca continúa su labor para ofrecer una nueva oportunidad a quienes han sufrido en estos oscuros sectores de la sociedad.