East Rutherford, EE.UU., 7 de julio de 2024 – Casi tres semanas después de su primer encuentro en la Copa América, las selecciones de Argentina y Canadá se preparan para enfrentarse nuevamente, esta vez con un puesto en la final en juego. El partido inicial, que se disputó el 20 de junio en el Mercedes Benz Stadium, marcó el debut del técnico estadounidense Jesse Marsch al frente de Canadá, y desde entonces, ambos equipos han experimentado notables transformaciones.
Canadá, bajo la dirección de Marsch, ha demostrado un notable crecimiento. Con sólo 36 días en el cargo antes del torneo y dos amistosos previos, Marsch ha logrado que su equipo adquiera experiencia y confianza. En contraste, Argentina, aunque ha recibido un importante impulso anímico por alcanzar las semifinales, también ha enfrentado sus primeras dudas. La Albiceleste mostró vulnerabilidades, especialmente en un primer tiempo donde Ecuador neutralizó su mediocampo.
El rendimiento de los equipos refleja una evolución táctica y mental. Canadá, a pesar de su falta de gol, con sólo dos anotaciones en cuatro partidos, ha sabido llegar a semifinales aprovechando al máximo sus oportunidades. Argentina, por otro lado, ha dependido en gran medida de las figuras de Emiliano y Lautaro Martínez, siendo este último el máximo goleador del torneo hasta ahora.
La constancia es notable en el equipo canadiense, con seis jugadores que han disputado todos los minutos del torneo, mostrando la confianza que Marsch deposita en su núcleo duro. En contraste, el seleccionador argentino Lionel Scaloni ha utilizado a todos sus jugadores de campo, demostrando una flexibilidad táctica que sólo ha mantenido a Emiliano Martínez en juego completo durante el torneo.
La estrategia de Marsch no solo busca superar las expectativas sino también demostrar su valía, especialmente después de críticas hacia la gestión arbitral en el partido inaugural y decisiones técnicas que no le favorecieron. Además, Marsch tiene un punto personal que demostrar, dado que fue descartado por la federación estadounidense para el rol de seleccionador.
Lionel Messi, aunque sigue siendo una amenaza constante para cualquier defensa, ha mostrado signos de fatiga y menor efectividad, especialmente notable en los cuartos de final y en una tanda de penales que no reflejó su habitual precisión.
Este enfrentamiento promete ser más que una simple revancha; se trata de un choque de tácticas, evolución de equipos y redención personal. Ambos equipos, enriquecidos por la experiencia y las batallas previas, buscan un lugar en la final, pero más importante aún, una afirmación en el escenario internacional. La pregunta de quién avanzará se decidirá en el campo, pero una cosa es segura: ambos equipos han cambiado significativamente desde su último encuentro, prometiendo un partido emocionante y disputado.