Washington, 17 de octubre.– El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha moderado su disposición a vender misiles de crucero Tomahawk de largo alcance a Ucrania, tras mantener una extensa conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin, sobre el conflicto en Europa del Este. La decisión llega apenas un día antes de la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy a la Casa Blanca.
En los últimos días, Trump había mostrado apertura a la posibilidad de suministrar a Kiev los misiles Tomahawk —con un alcance aproximado de 1.600 kilómetros— pese a las advertencias del Kremlin de que dicha medida “tensaría gravemente las relaciones” entre ambos países. Sin embargo, tras la llamada del jueves, el mandatario estadounidense reculó en su posición.
“Necesitamos los Tomahawks también para Estados Unidos”, afirmó Trump. “Tenemos muchos, pero los necesitamos. No podemos agotar las reservas de nuestro país”, declaró el presidente en tono firme.
El asesor de política exterior ruso, Yuri Ushakov, confirmó que Putin advirtió a Trump que entregar misiles de largo alcance a Ucrania “no cambiaría la situación en el campo de batalla, pero causaría un daño sustancial a la relación entre nuestros países”.
Por su parte, el ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sybiha, señaló que el simple debate sobre la venta de misiles ya ha impulsado a Moscú a abrirse al diálogo. “La fuerza puede impulsar realmente la paz”, afirmó Sybiha en la red X.
Durante su visita a Washington, Zelenskyy también buscará atraer el interés económico de Trump, proponiendo acuerdos energéticos bilaterales, incluida la posibilidad de almacenar gas natural licuado estadounidense en instalaciones ucranianas, lo que reforzaría la presencia energética de Estados Unidos en Europa.
Antes de su encuentro con Trump, el líder ucraniano se reunió con el secretario de Energía estadounidense, Chris Wright, y con directivos de empresas energéticas, destacando la necesidad de reconstruir la infraestructura energética del país tras los ataques rusos.
La reunión del viernes será la cuarta cara a cara entre Trump y Zelenskyy desde el regreso del republicano a la Casa Blanca en enero, y la segunda en menos de un mes. Tras la llamada con Putin, Trump confirmó además que se reunirá próximamente con el mandatario ruso en Budapest, Hungría, con el objetivo de “encontrar una salida diplomática definitiva” a la guerra.
El presidente estadounidense ha señalado que poner fin al conflicto en Ucrania es ahora su principal prioridad de política exterior, después de haber mediado con éxito en un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás.
A pesar de sus esfuerzos, las posibilidades de una negociación directa entre Putin y Zelenskyy siguen siendo inciertas. “No se llevan muy bien esos dos”, reconoció Trump. “Así que podríamos hacer algo donde estemos separados… separados pero iguales”.







