OTTAWA, 31 julio — El primer ministro Mark Carney anunció este miércoles que Canadá tiene previsto reconocer oficialmente al Estado de Palestina durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, siempre y cuando la Autoridad Palestina se comprometa a celebrar elecciones generales en 2026 y a excluir a Hamás del proceso político.
“Preservar la solución de dos Estados significa apoyar a quienes prefieren la paz sobre la violencia o el terrorismo”, afirmó Carney desde Parliament Hill. “Y significa honrar su deseo de coexistencia pacífica”.
Carney subrayó que este reconocimiento estará condicionado también a la desmilitarización del futuro Estado palestino y destacó la importancia de avanzar en reformas internas necesarias. La Oficina del Primer Ministro informó que el mandatario canadiense sostuvo una conversación telefónica con Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, para expresar su respaldo a dichos compromisos.
Durante décadas, Ottawa ha apoyado una solución de dos Estados, aunque sin reconocer formalmente a Palestina. En los últimos meses, la presión internacional ha aumentado, con Francia anunciando que pronto reconocerá a Palestina y el Reino Unido condicionado a hacerlo si Israel no modifica drásticamente su política en los territorios ocupados.
Carney advirtió que la viabilidad de una solución de dos Estados se ha deteriorado gravemente, tanto por los atentados terroristas de Hamás, en particular el del 7 de octubre de 2023, como por la expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Oriental, y el colapso humanitario en Gaza.
La Embajada de Israel en Ottawa rechazó el anuncio del gobierno canadiense, asegurando que reconocer a Palestina “recompensa y legitima la barbarie de Hamás” y refuerza el antisemitismo. El embajador israelí Iddo Moed señaló que Israel “no se doblegará ante la campaña de presión internacional”.
Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump escribió en Truth Social que la decisión canadiense podría dificultar la firma de un acuerdo comercial bilateral con su administración.
El Partido Conservador de Canadá también criticó la medida, afirmando que “reconocer un Estado palestino tras el ataque del 7 de octubre envía un mensaje equivocado al mundo”.
Desde el Centro para Israel y Asuntos Judíos, su director ejecutivo, Noah Shack, calificó la decisión como “profundamente preocupante” y acusó a Carney de confiar ciegamente en los compromisos “vagos” del presidente Abbas, a quien señaló por corrupción y falta de legitimidad democrática.
En contraste, el Nuevo Partido Democrático (NDP) celebró la decisión y pidió a Carney suspender el acuerdo de libre comercio con Israel y decretar un embargo de armas. “Esta decisión refleja el poder del pueblo para presionar al gobierno a hacer lo correcto”, escribió la crítica en relaciones exteriores del NDP, Heather McPherson.
El Consejo Nacional de Musulmanes Canadienses consideró el anuncio como “un día histórico” y pidió que se permita el ingreso inmediato de más ayuda humanitaria a Gaza, subrayando que este reconocimiento es solo un primer paso.
Horas antes del anuncio, 173 ex diplomáticos canadienses publicaron una carta abierta exigiendo el reconocimiento inmediato del Estado palestino, así como la imposición de un embargo total de armas a Israel y la restricción del comercio con productos provenientes de asentamientos considerados ilegales por Canadá.
Desde noviembre pasado, el gobierno canadiense modificó su postura tradicional, abriendo la puerta a un reconocimiento del Estado palestino sin necesidad de un acuerdo previo de paz con Israel.
Actualmente, la Autoridad Palestina tiene una oficina de representación especial en Ottawa, similar a la de Taiwán, que podría ser elevada al rango de embajada en caso de reconocimiento oficial.
El objetivo de Canadá y de otros países que han reconocido a Palestina recientemente es revivir la posibilidad de una solución de dos Estados, mientras en el gobierno israelí crecen las voces que abogan por la expulsión de los palestinos.
El reconocimiento sigue siendo complejo. Jerusalén Oriental, reclamada por los palestinos como su capital, está bajo control israelí desde 1967, al igual que Cisjordania y Gaza. Hamás mantiene el control de Gaza, mientras que Fatah domina parcialmente Cisjordania. Ninguno de los dos territorios ha celebrado elecciones desde 2006, y persisten denuncias de corrupción en ambas administraciones, según el grupo de expertos anticorrupción Coalición Aman.








