EDMONTON, 31 julio — Una petición ciudadana en Alberta busca preguntar formalmente a los habitantes de la provincia si desean que Alberta permanezca como parte de Canadá, en un intento por frenar el auge de las propuestas separatistas impulsadas por sectores conservadores radicales.

El director de Elecciones Alberta, Gordon McClure, anunció este martes que ha comenzado oficialmente la recolección de firmas para la iniciativa denominada “Alberta Forever Canada”, encabezada por el ex viceprimer ministro progresista-conservador Thomas Lukaszuk.

La pregunta que plantea la petición es directa: “¿Está usted de acuerdo con que Alberta permanezca en Canadá?”

Lukaszuk presentó la solicitud en junio, argumentando que el objetivo es fortalecer el vínculo de Alberta con la federación canadiense frente a las crecientes voces que promueven su independencia. “La mayoría de los habitantes de Alberta son canadienses leales que se oponen a cualquier forma de separación”, sostuvo en su presentación formal ante el Departamento de Elecciones.

Según la legislación vigente, las peticiones ciudadanas permiten a los votantes de Alberta presentar iniciativas ante la Asamblea Legislativa o impulsar referendos constitucionales. No obstante, la campaña de Lukaszuk enfrenta un desafío considerable: deberá reunir alrededor de 294.000 firmas válidas —equivalentes al 10 % del electorado provincial según los comicios de 2023— en un plazo de 90 días, ya que fue presentada antes de que se redujera el umbral a 177.000 firmas.

Para que cada firma sea válida, deberá ser física, presenciada por un encuestador registrado, y acompañada de un juramento de verificación.

El contexto de esta campaña se da mientras otro grupo separatista, liderado por Mitch Sylvestre, ha impulsado una iniciativa contraria: recolectar firmas para un referéndum que pregunte a los ciudadanos si desean que Alberta se convierta en un país soberano y deje de ser una provincia canadiense.

Sylvestre es ejecutivo del Proyecto de Prosperidad de Alberta, una organización sin fines de lucro que promueve la independencia y ha estado recorriendo la provincia promoviendo su causa. Esta propuesta aún debe superar una revisión judicial de constitucionalidad, y si se aprueba, dispondrá de 120 días para reunir las firmas requeridas bajo las nuevas reglas.

Desde el entorno del gobierno provincial liderado por Danielle Smith, se ha mantenido una posición ambigua respecto al separatismo. Aunque Smith ha prometido un referéndum sobre soberanía en 2026, sectores críticos acusan que estas posturas buscan posicionar estratégicamente al Partido Conservador Unido (UCP) frente a rivales internos y externos.

Mientras tanto, las Primeras Naciones han rechazado tajantemente cualquier proyecto separatista, advirtiendo que violaría los tratados históricos firmados con la Corona y pondría en peligro sus derechos.

La petición liderada por Lukaszuk se presenta como un contrapeso institucional y ciudadano frente al avance de estas propuestas rupturistas. “La separación amenazaría tanto la economía de Alberta como la de Canadá, los derechos ciudadanos, el patrimonio personal y los acuerdos con los pueblos indígenas”, advirtió el ex viceprimer ministro.

La batalla por el futuro de Alberta parece haberse trasladado ahora a las calles, con firmas, carteles y activismo ciudadano como nuevos protagonistas del debate federalista.

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