OTTAWA, 8 JUNIO.- Empresas multinacionales de streaming como Apple, Amazon, Spotify, Netflix y Paramount se presentarán este lunes ante el Tribunal Federal de Apelaciones en Toronto para impugnar una orden del Consejo de Radiodifusión y Telecomunicaciones de Canadá (CRTC) que les exige aportar el 5 % de sus ingresos anuales generados en Canadá a fondos destinados a la producción de contenido nacional, incluidas noticias de televisión local.

La audiencia judicial, que consolida varias apelaciones, representa un punto crítico en la batalla regulatoria por la implementación de la Ley de Transmisión en Línea de 2023, con la que el CRTC busca incorporar a las plataformas digitales al marco normativo que tradicionalmente ha regido a los medios canadienses.

Los argumentos de los streamers

Entre los argumentos expuestos por las empresas, Apple sostiene que el regulador actuó “prematuramente” y sin garantizar un trato equitativo, ya que, según sus abogados, se le impone un 5 % de contribución mientras las estaciones de radio solo aportan un 0,5 %. Además, denuncia que los usuarios de streaming no acceden a los fondos que ayudan a financiar.

Amazon, por su parte, afirma que la exigencia no es equitativa, ya que se aplica exclusivamente a empresas extranjeras con ingresos superiores a 25 millones de dólares anuales por transmisión en Canadá. Spotify, en tanto, sostiene que la medida equivale a un impuesto que el CRTC no tiene autoridad para imponer, además de criticar que se dictó sin definir primero qué se considera contenido canadiense.

La Asociación Cinematográfica de Canadá, que representa a Netflix y Paramount, impugna específicamente la obligación de aportar el 1,5 % de sus ingresos a un fondo para financiar noticias locales en estaciones independientes, aduciendo que sus miembros no producen noticias y que no hay base legal para esa imposición.

Argumentos en defensa del CRTC

Frente a estas impugnaciones, la Asociación Canadiense de Radiodifusores y la Fiscalía General del país defienden la legitimidad de la medida. Aseguran que los servicios de streaming han contribuido al colapso financiero de los medios locales, al captar una parte significativa de la audiencia y los ingresos publicitarios sin contribuir al ecosistema mediático nacional.

“Durante décadas, las emisoras tradicionales han financiado contenido canadiense bajo medidas del CRTC, mientras las plataformas digitales han operado aquí sin responsabilidad alguna”, indicaron las emisoras.

El gobierno, por su parte, argumentó que las órdenes emitidas por el CRTC son un ejercicio válido de sus facultades regulatorias y buscan subsanar la inequidad provocada por el ascenso de plataformas extranjeras que han obtenido enormes beneficios en el mercado canadiense sin devolver aportes proporcionales al sistema.

Tensiones diplomáticas y advertencias de represalias

La disputa judicial se desarrolla en un clima de tensión comercial creciente entre Canadá y Estados Unidos. Desde que el presidente Donald Trump asumió su segundo mandato en enero, grupos que representan a empresas tecnológicas estadounidenses han advertido que las políticas del CRTC podrían provocar represalias, incluida la imposición de nuevos aranceles.

La presión aumentó en mayo cuando Netflix, Paramount y Apple cancelaron su participación en una audiencia sobre la redefinición del contenido canadiense, justo después de que Trump amenazara con imponer aranceles de hasta el 100 % a películas producidas fuera de EE.UU.

Un precedente clave para el futuro digital canadiense

El fallo del Tribunal Federal de Apelaciones será determinante para el futuro de la regulación digital en Canadá. De confirmarse la autoridad del CRTC, se establecería un precedente que podría obligar a las plataformas globales a participar activamente en el sostenimiento de la cultura y el periodismo local.

La decisión judicial también pondrá a prueba la capacidad del gobierno canadiense de hacer frente a las presiones económicas y políticas de las grandes tecnológicas, al tiempo que intenta preservar su identidad cultural en un entorno mediático globalizado.

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