CARACAS, 29 MAYO – La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, confirmó este jueves que los campos petroleros del país permanecen operativos, a pesar del vencimiento de la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron trabajar en territorio venezolano. Según Rodríguez, la producción sigue su curso gracias al esfuerzo de los trabajadores de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y al respaldo legal interno.
«A esta hora (12:15 locales, 16:15 GMT), los campos petroleros Petroboscán, Petropiar, PetroIndependencia, Petrojunín, Petrosucre, Petroquiriquire, Petro Regional del Lago y Cardón IV están en plena producción», declaró Rodríguez durante una intervención ante la Federación de Cámaras y Empresas de Venezuela (Fedeindustria). Aseguró que, aunque tanto Pdvsa como sus socios extranjeros son “víctimas de medidas coercitivas unilaterales”, el plan productivo no se ha visto afectado.
Posición jurídica frente a las sanciones
Rodríguez enfatizó que, según la Ley Antibloqueo y la Constitución venezolana, el país no reconoce jurisdicciones externas que interfieran en sus actividades económicas. «Esas medidas de licencia o no licencia no son reconocidas por el ordenamiento jurídico nacional», afirmó, reiterando que Venezuela actúa bajo su propia soberanía.
La funcionaria también destacó que los acuerdos con socios internacionales, incluidos aquellos relacionados con Chevron, continúan vigentes sin ofrecer mayores detalles. Sin embargo, subrayó que si estos socios decidieran retirarse, los trabajadores venezolanos estarían preparados para asumir la carga operativa. «Allí están nuestros trabajadores produciendo y atendiendo además un plan de crecimiento diseñado por el presidente Nicolás Maduro para mantener la producción a niveles necesarios para nuestra economía y nuestro pueblo», agregó.
Contexto de las sanciones
El martes, la administración del presidente Donald Trump anunció oficialmente el vencimiento de la licencia que autorizaba a Chevron a operar en Venezuela. Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado, justificó la decisión señalando que Estados Unidos no permitirá que fondos lleguen al “régimen de Maduro”. Según Bruce, Trump instruyó al secretario de Estado, Marco Rubio, a dejar caducar todas las licencias otorgadas durante la era de Joe Biden (2021-2025), consideradas beneficiosas para el gobierno venezolano.
Chevron había obtenido permisos limitados bajo la administración Biden en noviembre de 2022, coincidiendo con el inicio del diálogo entre el Gobierno venezolano y la oposición para organizar elecciones presidenciales anticipadas. Sin embargo, tras anunciar inicialmente la retirada de la licencia para el 3 de abril, Trump extendió temporalmente el plazo hasta el 27 de mayo.
Impacto económico y político
El fin de la licencia a Chevron representa un golpe significativo para el sector petrolero venezolano, que depende en gran medida de tecnología, inversión y know-how extranjero para mantener su producción. Aunque Rodríguez aseguró que los trabajadores locales están capacitados para cubrir cualquier vacío dejado por empresas extranjeras, analistas cuestionan la capacidad real de Pdvsa para sostener niveles de producción estables sin apoyo internacional.
Por otro lado, la medida refuerza las tensiones políticas entre Estados Unidos y Venezuela. Para Washington, estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para ejercer presión sobre el régimen de Maduro. Desde Caracas, el gobierno reitera su postura contraria a las sanciones y recalca su compromiso con la autogestión económica.
Este desarrollo ocurre mientras Venezuela enfrenta desafíos económicos profundos, incluida una caída sostenida en la producción petrolera, principal fuente de ingresos del país. Con Chevron fuera del juego, las autoridades venezolanas tendrán que redoblar esfuerzos para garantizar la viabilidad de su industria energética y cumplir con los objetivos establecidos por el presidente Maduro.
El caso de Chevron ilustra nuevamente cómo las disputas geopolíticas impactan directamente en la economía venezolana, aumentando la incertidumbre sobre el futuro del sector petrolero en medio de sanciones internacionales y restricciones comerciales.