WASHINGTON, 19 DE MAYO — El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, deseó este lunes una pronta recuperación al expresidente Joe Biden tras conocerse su diagnóstico de un cáncer de próstata avanzado con metástasis ósea, pero aprovechó la ocasión para cuestionar públicamente si el exmandatario estuvo realmente capacitado para ejercer el cargo durante su mandato.

«Realmente debemos ser honestos sobre si el expresidente era capaz de desempeñar el cargo», afirmó Vance a los periodistas a bordo del avión que lo traía de regreso a Estados Unidos tras un viaje oficial al Vaticano. «No creo que gozara de buena salud», añadió.

Aunque expresó sus deseos de recuperación hacia Biden, de 82 años, y calificó su diagnóstico como «bastante grave», insistió en que los ciudadanos tienen derecho a conocer si quien ocupa la presidencia está en condiciones físicas y mentales adecuadas.

Durante su gestión, Biden fue blanco de múltiples críticas sobre su estado físico y mental, en particular después de su decisión a mediados de 2024 de no buscar la reelección, medida tomada días antes de que su médico personal lo declarara apto para continuar en funciones.

Trump envía mensaje de apoyo, pero las tensiones persisten

El presidente Donald Trump también se pronunció poco después del anuncio del diagnóstico, enviando un mensaje público de buena voluntad hacia su antiguo rival electoral, aunque recordó que ha mantenido desde entonces diferencias marcadas.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó en una rueda de prensa que, hasta el momento, Trump no había hablado directamente con Biden, pero dijo creer que estaría abierto a hacerlo personalmente en las próximas horas.

Biden, quien dejó la Casa Blanca en enero de 2025 como el presidente más longevo en ejercer el cargo, anunció este lunes sus primeras declaraciones ante el diagnóstico, agradeciendo las muestras de apoyo y señalando que «la enfermedad nos afecta a todos».

Su salida anticipada de la contienda electoral en 2024 abrió paso a la candidatura de Kamala Harris, quien terminó derrotada por Donald Trump en las urnas. La transición generó un intenso debate sobre los riesgos de mantener en campaña a figuras políticas de avanzada edad.

Salud pública bajo escrutinio

Este nuevo episodio vuelve a colocar sobre la mesa la necesidad de establecer criterios claros y obligatorios sobre la evaluación médica de los líderes políticos, en medio de un clima polarizado y una población cada vez más envejecida entre las élites políticas del país.

Mientras Biden comienza su tratamiento, la atención se centra ahora en cómo manejará el gobierno esta coyuntura sensible, sin politizar una situación de salud que, más allá de ideologías, toca profundamente a millones de familias en todo el país.

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