François Bayrou Enfrenta Interrogatorios en el Parlamento por Escándalo de Abusos en Escuela Católica

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PARÍS, 14 MAYO.- El primer ministro francés, François Bayrou, enfrentará preguntas este miércoles en una investigación parlamentaria sobre su presunto conocimiento y manejo del escándalo de abuso físico y sexual ocurrido durante cinco décadas en la escuela católica privada Notre-Dame de Bétharram, cerca de Pau, en el suroeste de Francia.

La Asamblea Nacional, cámara baja del Parlamento francés, buscará aclarar qué sabía Bayrou sobre las graves acusaciones que involucran a sacerdotes de la institución educativa. El caso ha generado una fuerte polémica debido a los vínculos personales del primer ministro con la escuela y las acusaciones de encubrimiento en su contra.


Un Caso de Largas Raíces y Vínculos Personales

Desde febrero de 2024, más de 200 denuncias han sido presentadas formalmente por supuestos abusos cometidos en la escuela, incluyendo decenas de casos de violación atribuidos a sacerdotes. Alain Esquerre, portavoz de un grupo de víctimas y exalumno de la escuela, afirmó que “fue una época de terror” para los estudiantes, quienes estaban bajo el cuidado de religiosos que, según las acusaciones, también eran sus agresores.

Bayrou, quien ha sido un funcionario electo destacado en la región durante décadas, tiene vínculos directos con la escuela: varios de sus seis hijos asistieron allí, y su esposa solía enseñar catecismo en la institución. Además, fue alcalde de Pau desde 2014 y ocupó un escaño en el parlamento local durante unos 20 años. Entre 1993 y 1997, sirvió como ministro nacional de Educación, un cargo que lo colocaba en una posición clave para recibir información sobre irregularidades en establecimientos educativos.

El caso cobró relevancia política cuando Bayrou declaró en febrero ante la Asamblea Nacional que no había sido informado de los abusos en la escuela hasta años recientes. Sin embargo, días después, admitió que sí estaba al tanto de “una bofetada” propinada por un supervisor de la escuela en 1996, lo que lo llevó a encargar un informe sobre el incidente. Sus opositores políticos lo han acusado de mentir al Parlamento y cuestionan su transparencia en el manejo del caso.


Revelaciones Familiares y Testimonios de Víctimas

La hija mayor de Bayrou, Hélène Perlant, reveló el mes pasado que ella también fue víctima de abuso en la escuela. Según su testimonio, un sacerdote la golpeó durante un campamento de verano cuando tenía 14 años. Perlant, ahora de 53 años, confesó que guardó silencio durante tres décadas y solo habló públicamente tras la publicación de un libro en el que narra su experiencia. “Guardé silencio durante 30 años”, dijo, subrayando la magnitud del trauma colectivo que afectó a generaciones de estudiantes.

Esquerre, quien también fue víctima de abuso, mostró una lista de nombres de sacerdotes que, según él, formaron parte de la red de agresores en los últimos 70 años. “Todos ellos son agresores”, declaró durante su comparecencia ante la comisión de investigación parlamentaria en marzo. Añadió que el número de víctimas sigue creciendo a medida que más personas rompen su silencio.


El Papel de Bayrou en el Caso Carricart

El escándalo se remonta a 1998, cuando el padre Carricart, exdirector de la escuela entre 1987 y 1993, fue acusado preliminarmente de violación contra menores de 18 años y puesto bajo custodia judicial. Un juez que manejó el caso declaró a la comisión de investigación que tuvo una reunión con Bayrou en ese momento, durante la cual el político expresó preocupación por su hijo, que estudiaba en la escuela.

Sin embargo, el caso quedó truncado cuando Carricart se suicidó en 2000 antes de que pudiera celebrarse un juicio. Este episodio ha sido señalado como un ejemplo de cómo las autoridades eclesiásticas y políticas locales evitaron abordar el problema de manera transparente.


Acusaciones de Encubrimiento Político

Los oponentes de Bayrou han criticado duramente su gestión del caso, acusándolo de minimizar las acusaciones y proteger a la institución católica. Su declaración inicial en la Asamblea Nacional, negando conocimiento previo de los abusos, profundizó las sospechas sobre su rol en el encubrimiento.

En respuesta, Bayrou ha defendido su trayectoria política y asegurado que siempre ha actuado con transparencia. Sin embargo, la presión pública y política ha aumentado, especialmente tras las revelaciones de su hija y los testimonios de otras víctimas.


Un Momento Decisivo para la Política Francesa

La comparecencia de Bayrou ante la Asamblea Nacional representa un momento crucial en la investigación del escándalo. Los legisladores buscan determinar si el primer ministro ocultó información deliberadamente o si sus acciones contribuyeron a perpetuar el silencio sobre los abusos.

El caso también refleja un problema más amplio dentro de las instituciones religiosas francesas, donde historias similares han salido a la luz en los últimos años. Las víctimas exigen justicia y medidas concretas para garantizar que estos crímenes no queden impunes ni se repitan en el futuro.

Para Bayrou, esta crisis podría tener implicaciones significativas en su carrera política y en la credibilidad de su gobierno. Mientras tanto, las voces de las víctimas continúan resonando, exigiendo verdad, reparación y cambios estructurales para erradicar el abuso sistemático en instituciones educativas y religiosas.


Este caso destaca la necesidad de abordar no solo las consecuencias inmediatas de los abusos, sino también las estructuras de poder que permiten que tales crímenes permanezcan ocultos durante décadas.

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