CALGARY, 10 de mayo.— Un nuevo estudio realizado por Angus Reid revela un cambio significativo en la opinión pública de Alberta: la mayoría de los partidarios del partido gobernante UCP (Conservadores Unidos) ahora apoyan que la provincia abandone Canadá. Según la encuesta, mientras que el 36% de todos los habitantes de Alberta estarían dispuestos a votar por la secesión, ese número sube dramáticamente al 65% entre los seguidores del UCP, liderado por la primera ministra Danielle Smith.
A pesar de esto, Smith ha insistido públicamente en su postura federalista, colocando banderas canadienses detrás de ella en sus discursos e insistiendo en que su objetivo es mantener a Alberta dentro de Canadá. Sin embargo, las acciones recientes de su gobierno, como la flexibilización de normas para convocar un referéndum sobre la separación en 2026, han avivado críticas de quienes creen que está alimentando indirectamente el movimiento separatista.
Las Demandas de Smith y la Respuesta Federal
Esta semana, Smith planteó una serie de exigencias al primer ministro federal Mark Carney que deben cumplirse en los próximos seis meses para evitar lo que ella describe como una “crisis de unidad nacional”. Estas incluyen:
- Facilitar la construcción de oleoductos y gasoductos hacia las tres costas oceánicas.
- Aumentar las transferencias financieras federales a la provincia.
- Eliminar muchas de las políticas climáticas del gobierno liberal.
Sin embargo, expertos como Feo Snagovsky, politólogo de la Universidad de Alberta, consideran que estas demandas son “maximalistas” y prácticamente imposibles de cumplir debido a limitaciones legales y políticas del gobierno federal.
“Simplemente no hay manera de que el gobierno federal pueda hacer eso —no tiene el poder para algunas de las cosas que ella está pidiendo”, señaló Snagovsky.
Este enfoque maximalista podría ser estratégico. Al establecer demandas difíciles de cumplir, Smith podría declarar victoria si logra compromisos parciales con Ottawa, aunque también corre el riesgo de desatar una mayor frustración en Alberta si no obtiene resultados tangibles.
El Debate en el UCP y el Futuro Político
El debate sobre la soberanía no solo ocurre fuera del UCP, sino también dentro de él. Activistas dentro del partido están presionando para adoptar formalmente políticas separatistas, algo que Smith ha evitado hasta ahora.
Peter McCaffrey, exmiembro activo del UCP y actual director de un grupo libertario, cree que esta discusión podría ser saludable para el partido:
“La lección que los conservadores de Alberta aprendieron de la división entre el Partido Conservador Progresista y Wildrose fue que, si intentas silenciar debates sobre ideas controvertidas, estos no desaparecen; simplemente se trasladan a un nuevo partido.”
El Partido Republicano de Alberta, que ha comenzado a cortejar a miembros insatisfechos del UCP, representa una amenaza potencial para la base política de Smith. Además, con elecciones parciales próximas en Olds-Didsbury-Three Hills, existe el riesgo de que surja un candidato separatista respaldado por el UCP, o incluso por el Partido Republicano, lo que podría fragmentar aún más la base conservadora.
Un ejemplo histórico resalta este escenario: en 1982, el distrito electoral de Olds-Didsbury eligió a Gordon Kesler, del Western Canada Concept, un partido abiertamente separatista.
El Referéndum de Secesión: Una Realidad Cercana
Smith ha prometido organizar un referéndum sobre la separación en 2026 si se reúnen suficientes firmas para solicitarlo. Recientemente, su gobierno redujo el umbral necesario para convocar dicha votación, facilitando que grupos separatistas como el Alberta Prosperity Project cumplan con los requisitos.
Esto plantea preguntas clave: ¿Hará campaña activamente contra la separación? Hasta ahora, Smith parece dejar esa tarea a otros, posiblemente para evitar alienar a su base. Sin embargo, algunos analistas advierten que la movilización necesaria para un referéndum podría fortalecer aún más el sentimiento separatista, independientemente de su resultado.
“Reducir el umbral para el número mínimo de votos puede aumentar ese tipo de sentimiento, porque las campañas tienen un efecto movilizador,” explicó Snagovsky.
Desafíos Económicos y Sociales en Alberta
Mientras tanto, más allá de la cuestión separatista, Alberta enfrenta numerosos desafíos internos:
- Precios del Petróleo: Los precios más bajos del petróleo amenazan la economía provincial y podrían ampliar el déficit presupuestario.
- Salud Pública: Un brote de sarampión desde febrero ha generado preocupaciones, y esta semana el gobierno lanzó una gran campaña de vacunación.
- Huelgas Laborales: Existe un riesgo creciente de huelgas generalizadas entre docentes y empleados provinciales sindicalizados.
- Política Sanitaria: La reestructuración del sistema de salud sigue siendo un tema candente, especialmente tras el despido de la directora ejecutiva de Alberta Health Services, Athana Mentzelopoulos, y las investigaciones de corrupción relacionadas.
- Aranceles Estadounidenses: Las tensiones comerciales con Estados Unidos siguen afectando sectores clave de la economía albertana.
Paralelismos con el Brexit
Snagovsky ve claros paralelismos entre el caso de Alberta y el referéndum del Brexit de 2016. En aquel entonces, el entonces primer ministro británico David Cameron programó una votación sobre la salida de la Unión Europea, confiado en que la opción de permanecer ganaría. Sin embargo, el resultado sorprendió a todos, y Cameron tuvo que renunciar en medio de una crisis política.
“Smith no puede asumir que la oposición a la salida de Alberta se mantenga,” advirtió Snagovsky.
Conclusión: El Futuro de Alberta
La pregunta central ya no es si habrá un referéndum sobre la secesión, sino cuándo y cómo impactará en la identidad política y económica de Alberta. Mientras Smith intenta navegar entre las demandas maximalistas de su base y la realidad federal, el sentimiento anti-Ottawa sigue creciendo, transformándose lentamente en un sentimiento anti-Canadá.
“Así como muchos canadienses temen lo que Trump hará con su economía, muchos albertanos temen lo que los liberales harán con la economía de Alberta,” concluyó Smith.
Alberta está en un punto de inflexión. Lo que ocurra en los próximos años determinará no solo el futuro de la provincia, sino también el equilibrio político y económico de todo Canadá.