VANCOUVER, 30 de abril.- La vida de Alejandro Samper cambió para siempre el sábado por la noche cuando recibió una llamada telefónica que lo sumió en una pesadilla. Su hermana, Glitza Daniela Samper, y sus padres, Glitza María Caicedo y Daniel Samper, habían sido atropellados por una camioneta durante un festival cultural filipino en Vancouver. Las tres personas murieron a consecuencia del brutal ataque, dejando a Alejandro devastado.
“Estoy destrozado”, dijo Alejandro el martes, su voz cargada de dolor. “Me han arrebatado todo mi mundo”.
La familia Samper había llegado a Canadá a principios de la década de 2000 huyendo de la violencia en Colombia, buscando un futuro mejor y más seguro. Sin embargo, la tragedia los alcanzó en un lugar donde nunca imaginaron que algo así pudiera ocurrir.
“Mis padres lo sacrificaron todo en Colombia: sus carreras, su estilo de vida, todo para darnos un futuro mejor aquí en Canadá”, reflexionó Alejandro. “Simplemente no tiene sentido. Se supone que Canadá es un lugar seguro”.
Una Noche Fatal en el Festival del Día de Lapu-Lapu
El incidente ocurrió durante el Festival del Día de Lapu-Lapu, un evento cultural organizado por la comunidad filipina en Vancouver. Según las autoridades, Adam Kai-Ji Lo, de 30 años, condujo deliberadamente una camioneta hacia la multitud, causando la muerte de 11 personas e hiriendo gravemente a otras tres docenas. Entre las víctimas fatales se encontraban miembros de la familia Samper y otra familia completa: Richard Le, su esposa Linh Hoang y su hija Katie, de cinco años. El hijo adolescente de Richard no estaba presente en el festival.
Otra víctima destacada fue Kira Salim, un brasileño apasionado defensor de los derechos humanos y la comunidad LGBTQ. Salim era conocido por su trabajo como educador, activista y colaborador en eventos comunitarios. Organizaciones como Latincouver y New West Pride lamentaron profundamente su pérdida, describiéndolo como una persona llena de “amabilidad, talento y energía”.
Preguntas sin Respuestas
Alejandro Samper ha expresado su frustración por la falta de medidas de seguridad en el evento. A diferencia de otros festivales, como el reciente Vaisakhi, no se instalaron barricadas para proteger a los asistentes de posibles amenazas vehiculares.
“¿Dónde está la seguridad? ¿Dónde estaba la policía cuando esto ocurrió?”, cuestionó Alejandro. “Necesitamos transmitir este mensaje: es inaceptable que se haya permitido que esto sucediera”.
El sargento de policía de Vancouver, Steve Addison, explicó que la ciudad organiza miles de eventos al año, pero solo unos pocos cuentan con barreras pesadas. La decisión de implementar estas medidas depende de la evaluación de riesgos específicos de cada evento. Sin embargo, esta explicación ha hecho poco para calmar la indignación pública.
El Perfil del Acusado
El sospechoso, Adam Kai-Ji Lo, ha sido acusado formalmente de ocho cargos de asesinato en segundo grado, y se espera que enfrentará más cargos conforme avance la investigación. Según el Ministerio de Salud de Columbia Británica, Lo había estado bajo el cuidado de un equipo de salud mental antes del ataque. Sin embargo, no mostró signos de violencia ni indicios que justificaran una hospitalización involuntaria.
Esta información ha generado un intenso debate sobre la efectividad de los sistemas de salud mental y la prevención de actos violentos. Mientras tanto, las familias de las víctimas exigen respuestas y justicia.
Un Legado de Amor y Sacrificio
Alejandro describe a su familia como profundamente unida y dedicada. Sus padres eran “las personas más agradables” que siempre ayudaban a los demás, y su hermana Glitza Daniela era una joven llena de promesas.
Sin embargo, el dolor se agrava por la imposibilidad de despedirse adecuadamente. Las autoridades aún no han permitido que Alejandro vea los cuerpos de sus seres queridos debido a que todo sigue bajo investigación.
“Ni siquiera pude despedirme de mis padres”, dijo Alejandro, visiblemente afectado. “Es una carga enorme”.
Apoyo Comunitario y Preocupación por los Sobrevivientes
A pesar de su inmenso dolor, Alejandro reconoce que cuenta con el apoyo de una gran red familiar y amigos. Cree que este amor es lo que lo mantiene en pie, aunque teme por aquellos sobrevivientes que no tienen el mismo nivel de respaldo emocional.
“Hubo muchas víctimas en esta tragedia, y estas víctimas, si no reciben el apoyo adecuado, dentro de 10 años… seguirán enojadas y resentidas”, advirtió.
La familia ha iniciado una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para cubrir los gastos relacionados con los funerales y honrar la memoria de sus seres queridos. Hasta ahora, han recibido numerosas muestras de solidaridad de toda la comunidad.
Conclusión: Una Ciudad en Duelo
La tragedia del Festival del Día de Lapu-Lapu ha dejado una cicatriz profunda en Vancouver. Más allá de las pérdidas irreparables, ha planteado preguntas fundamentales sobre la seguridad en eventos públicos y la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención de violencia. Para Alejandro Samper y otras familias afectadas, el camino hacia la sanación será largo y difícil, pero su determinación por buscar justicia y recordar a sus seres queridos ofrece un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.
“No podemos dejar que esto quede en el olvido”, concluyó Alejandro. “Tenemos que asegurarnos de que nadie más tenga que pasar por esto”.