MONTREAL, 28 de abril.- Las elecciones legislativas que se celebrarán hoy en Canadá son mucho más que una simple contienda política. Este proceso electoral representa un momento existencial para el país, marcado por las tensiones con su vecino del sur, Estados Unidos, y las amenazas lanzadas por su presidente, Donald Trump, quien ha declarado una guerra comercial al país y ha insinuado incluso aspiraciones expansionistas.
Sin embargo, pese a la magnitud de lo que está en juego, el ambiente electoral en Canadá parece sorprendentemente apagado. No hay grandes carteles con los rostros de los líderes políticos, ni caravanas partidistas inundando las calles con sus consignas. Los principales candidatos han limitado sus apariciones públicas a pequeños eventos controlados, sin recurrir a grandes mítines o discursos multitudinarios.
Mark Carney: Un Líder Sin Carisma pero Con Competencia Técnica
El candidato favorito, Mark Carney, líder del gobernante Partido Liberal, no destaca precisamente por su magnetismo ni capacidad para seducir a las masas. Sin embargo, su imagen como un eficiente gestor —habiendo presidido tanto el Banco de Canadá como el Banco de Inglaterra— le otorga una ventaja significativa frente a un electorado preocupado por la incertidumbre económica. Según las encuestas, Carney lidera las preferencias porque los votantes ven en él a un “competente banquero” capaz de manejar tiempos turbulentos.
Aunque carece de carisma, su prudencia y experiencia económica resuenan en un contexto dominado por amenazas externas. Para muchos canadienses, la prioridad es garantizar estabilidad frente a las políticas agresivas de Trump y proteger la soberanía nacional.
El Temor al Cambio Radical
La palabra que define el estado de ánimo general en estas elecciones es miedo. Desde familias jóvenes hasta trabajadores inmigrantes, todos expresan temor ante un futuro incierto. Una madre joven entrevistada en Montreal, mientras paseaba con su bebé, dejó claro este sentimiento: “¿Qué le espera a mi hijito? El presente ya es incierto, pero algo tengo claro: ¡no me voy a convertir en estadounidense!”.
Este miedo no solo afecta a los ciudadanos canadienses. También se extiende a los residentes temporales que, aunque no pueden votar, sienten cómo las tensiones políticas y económicas ponen en peligro su permanencia en el país. Inmigrantes procedentes de países como México, Argelia o Haití temen que sus procesos de regularización queden truncados debido a posibles cambios en las políticas migratorias.
De hecho, Carney ha prometido reducir drásticamente la cifra de inmigrantes permanentes y residentes temporales, lo que alimenta aún más las preocupaciones. Según sus propuestas, el número de inmigrantes permanentes se limitaría a menos del 5 %, mientras que los residentes temporales se reducirían a menos del 1 %. Estas medidas, junto con ajustes realizados desde mediados de 2024, podrían forzar la salida de hasta 2 millones de personas en 2025.
Impacto Económico y Social: Despidos y Crisis Laboral
El impacto de las tensiones comerciales ya se deja sentir en sectores clave de la economía canadiense. Soumaya, una mujer magrebí que trabaja en el sector energético, relata cómo su empresa ha comenzado a despedir empleados tras la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos. Ella misma, quien lleva ocho años construyendo una vida en Canadá, teme perder su oportunidad de obtener la residencia permanente.
Esta situación refleja una realidad más amplia: Canadá ha dependido históricamente de la inmigración masiva para sostener su crecimiento económico y demográfico. Barrios enteros de ciudades como Toronto, Vancouver o Montreal están habitados por comunidades asiáticas, magrebíes y latinoamericanas que constituyen la mano de obra no cualificada necesaria para múltiples sectores. Limitar la inmigración podría tener consecuencias devastadoras para la economía y la estructura social del país.
Un Récord Histórico de Voto Anticipado
El nivel de preocupación entre los canadienses se refleja también en la participación anticipada. Hasta 7,3 millones de ciudadanos, aproximadamente una cuarta parte del electorado total, depositaron su voto cinco días antes de los comicios, un récord absoluto en la historia del país. Este dato subraya la importancia que los votantes atribuyen a estas elecciones, consideradas cruciales para definir el rumbo de Canadá en los próximos años.
Un País en Encrucijada
Las elecciones de hoy decidirán si Canadá opta por mantenerse bajo el liderazgo pragmático de Carney y los liberales, o si da un giro hacia opciones más conservadoras, como el partido liderado por Pierre Poilievre, cuya retórica populista recuerda en ocasiones a la de Trump. Pero, más allá de las diferencias ideológicas, lo que realmente está en juego es la propia identidad y soberanía de Canadá frente a las ambiciones de su poderoso vecino.
En palabras de uno de los votantes consultados: “Estamos eligiendo no solo nuestro gobierno, sino nuestro destino como nación”. En un mundo cada vez más polarizado y hostil, Canadá enfrenta una encrucijada que podría redefinir su lugar en el escenario global y el bienestar de millones de sus habitantes.