BOGOTA, 28 ABRIL.- En medio de la creciente violencia contra las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia, impulsada por un plan pistola ejecutado por diversos grupos armados ilegales, el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), más conocido como el Clan del Golfo, está experimentando un cambio generacional en su liderazgo. Esta transición se caracteriza por la aparición de cabecillas jóvenes, más violentos y radicales, que están redefiniendo las dinámicas del conflicto armado en el país.
Un Nuevo Rostro del Crimen: La “Cuarta Generación”
Según información revelada por el medio Semana, el Clan del Golfo estaría siendo dirigido por una nueva generación de criminales, denominada por las autoridades como “de cuarta generación”. Estos jóvenes líderes, carentes de ideología política y formación estratégica, se distinguen por su brutalidad y ambición desmedida por el poder y el dinero.
Estos nuevos cabecillas han adoptado modelos de operación inspirados en los cárteles mexicanos, replicando tácticas como matanzas masivas, ataques coordinados contra la fuerza pública y métodos de terror para consolidar su control territorial.
“Esta generación no tiene formación ni ideología. Son sicarios con poder de decisión. Lo que hacen es mirar los modelos mexicanos con el tema de las matanzas y lo pretenden replicar en Colombia”, declaró un oficial de inteligencia al medio citado.
Alias A. Chejo: Un Ejemplo de Ascenso Rápido
Entre los nombres que destacan en este nuevo liderazgo está Carlos Everto Higuita Úsuga, conocido como alias A. Chejo. Con apenas 25 años, este joven criminal ya lidera la subestructura Carlos Vásquez, uno de los brazos operativos clave del Clan del Golfo.
Su rol incluye supervisar la producción de pasta base de coca (PBC) y coordinar el transporte de cargamentos hacia destinos internacionales como Centroamérica, Norteamérica y Europa. Su ascenso dentro de la organización ha sido meteórico: ingresó al Clan del Golfo a los 15 años y, en menos de una década, escaló rápidamente en la jerarquía criminal:
- En 2014, fue nombrado cabecilla de narcotráfico.
- Para 2020, ya ocupaba un puesto de liderazgo en la estructura central del grupo.
La juventud y la falta de escrúpulos de estos nuevos líderes los convierten en figuras peligrosas, capaces de implementar estrategias extremadamente violentas para expandir su influencia.
Zonas Estratégicas Bajo Control
Los jóvenes cabecillas del Clan del Golfo se han posicionado en varias regiones estratégicas del país, entre ellas:
- Urabá antioqueño: Una zona clave para el tráfico de drogas debido a su proximidad con Panamá.
- Sur de Córdoba: Importante corredor para el transporte de estupefacientes.
- Costa Caribe colombiana: Región vital para el control de rutas marítimas y terrestres utilizadas en el narcotráfico.
Estas áreas son fundamentales para las operaciones del Clan del Golfo, ya que les permiten mantener un flujo constante de drogas hacia mercados internacionales.
Impacto en la Fuerza Pública
El surgimiento de esta nueva generación de líderes ha intensificado los ataques contra miembros de la Fuerza Pública en Colombia. Según informes recientes, al menos 18 uniformados han muerto en los últimos meses debido a emboscadas y enfrentamientos con grupos armados ilegales.
El Procurador General de la Nación condenó estos ataques, calificándolos como actos terroristas que buscan desestabilizar al Estado colombiano. Además, sectores políticos han criticado duramente al gobierno del presidente Gustavo Petro, acusándolo de no tomar medidas efectivas para proteger a las comunidades y a los miembros de la fuerza pública.
El Contexto del Conflicto Armado
El resurgimiento de la violencia en Colombia no se limita al Clan del Golfo. Las disidencias de las FARC, particularmente el frente comandado por alias Calarcá, también han protagonizado ataques contra militares, como el ocurrido recientemente en el departamento del Guaviare, donde alegaron “legítima defensa”.
Estos eventos han generado críticas generalizadas hacia el gobierno, especialmente por su enfoque en el diálogo y la paz total, considerado insuficiente para abordar la compleja realidad del conflicto armado en el país.
Conclusión: Un Desafío Creciente para la Seguridad Colombiana
El surgimiento de una nueva generación de líderes criminales dentro del Clan del Golfo representa un desafío significativo para las autoridades colombianas. Jóvenes como alias A. Chejo no solo son más violentos, sino que también carecen de ideología, lo que los hace impredecibles y difíciles de negociar o desmovilizar.
Para enfrentar esta amenaza, será necesario fortalecer las capacidades de inteligencia y seguridad del Estado, así como implementar estrategias integrales que combinen acciones militares con programas sociales para recuperar el control territorial y reducir el reclutamiento juvenil por parte de estos grupos armados.
Colombia enfrenta un momento crítico en su lucha contra el crimen organizado, y la evolución del Clan del Golfo es una clara señal de que el conflicto armado sigue mutando, adaptándose a nuevas dinámicas y presentando desafíos cada vez más complejos.