CIUDAD DE MÉXICO, 8 de abril — La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum afirmó este martes que las principales empresas automotrices han asegurado que, por ahora, «no piensan cambiar nada» en sus operaciones en México, a pesar de la implementación de los nuevos aranceles del 25 % impuestos por Estados Unidos a los vehículos importados. Durante su conferencia de prensa diaria, Sheinbaum destacó que ha mantenido conversaciones directas con ejecutivos globales de varias compañías para evaluar el impacto de estas medidas.
Diálogo Directo con CEOs Automotrices
La mandataria declaró que ha hablado personalmente con varios de los principales líderes de la industria automotriz para conocer sus planes futuros respecto a México. Según sus palabras:
«La mayoría de ellos nos han dicho que no piensan en este momento cambiar nada y que tiene que asentarse la situación.»
Sheinbaum señaló que, hasta ahora, ninguna empresa automotriz ha anunciado cambios significativos en sus operaciones en el país, incluso en medio de la incertidumbre generada por los aranceles. Como ejemplo positivo, mencionó que Nissan acaba de trasladar la producción de una camioneta desde otro país hacia México, lo que refuerza la confianza de las empresas en el mercado nacional.
Impacto Potencial de los Aranceles
Los nuevos aranceles anunciados por el expresidente Donald Trump, que afectan particularmente a los sectores fuera del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), han generado preocupación en la industria automotriz mexicana. Este sector es clave para la economía del país, representando casi un 4 % del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y un 20,5 % del PIB manufacturero, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
A pesar de estas cifras, Sheinbaum argumentó que mover una planta automotriz no es un proceso sencillo ni rápido. Explicó que este tipo de decisiones requiere grandes inversiones y años de planificación, lo que disminuye la probabilidad de reubicaciones inmediatas.
Señales Preocupantes en el Sector
Aunque las empresas automotrices han asegurado que no planean cambios drásticos en el corto plazo, ya se observan algunas señales preocupantes. Por ejemplo, la semana pasada, Stellantis anunció el despido temporal de 900 trabajadores debido a pausas en sus plantas en el Estado de México y Windsor, Canadá. Además, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las exportaciones de vehículos desde México cayeron un 6,04 % interanual en el primer trimestre del año, reflejando la incertidumbre generada por los aranceles.
Negociaciones en Washington
El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, viajó este martes a Washington para dialogar con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick. El objetivo del Gobierno mexicano es buscar un trato preferencial dentro del nuevo esquema de aranceles implementado por Trump.
Aunque los productos mexicanos quedaron exentos de los aranceles globales si cumplen con las reglas del T-MEC, persisten los gravámenes del 25 % para sectores como el acero, el aluminio y los vehículos que no cumplan con los requisitos específicos del acuerdo comercial.
Un Reto para la Economía Mexicana
La industria automotriz es uno de los pilares de la economía mexicana, y cualquier cambio en su dinámica podría tener repercusiones significativas en el empleo y el crecimiento económico. Sheinbaum reconoció que, aunque por ahora no hay señales de reubicaciones masivas, el Gobierno seguirá monitoreando la situación y buscando soluciones diplomáticas para proteger los intereses del país.
«Seguimos hablando con el Gobierno de Estados Unidos para garantizar que nuestras empresas y trabajadores no sean afectados por estas medidas», afirmó.
Conclusión: Incertidumbre pero Confianza Temporal
Por el momento, las empresas automotrices parecen mantenerse fieles a sus operaciones en México, pero la incertidumbre generada por los aranceles sigue siendo una amenaza latente. La capacidad de negociación del Gobierno mexicano será crucial para mitigar los efectos negativos de estas medidas y asegurar que el país siga siendo un destino competitivo para la inversión extranjera.
Mientras tanto, el sector automotriz enfrenta un período de transición en el que deberá adaptarse a las nuevas reglas comerciales y demostrar su resiliencia ante los desafíos externos. La estabilidad económica de México depende, en gran medida, de cómo se maneje esta coyuntura crítica en las relaciones comerciales con Estados Unidos.