OTTAWA, 3 de abril — El primer ministro de Canadá, Mark Carney, anunció este jueves que el país responderá a los aranceles automotrices del 25 % impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump con un impuesto equivalente a los vehículos importados desde Estados Unidos. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para contrarrestar lo que Carney describió como una política comercial “injustificada, injusta y equivocada” por parte de la administración Trump.


Respuesta Directa a los Aranceles de Trump

Carney explicó que los nuevos aranceles canadienses afectarán a todos los vehículos fabricados en Estados Unidos que no cumplan con las disposiciones del Acuerdo Canadá-Estados Unidos-México (T-MEC). Además, se aplicará un gravamen específico al contenido no canadiense de los vehículos que sí cumplan con el acuerdo, aunque se excluirá cualquier componente procedente de México.

“Los aranceles de Trump son injustificados, injustos y equivocados”, declaró Carney durante una conferencia de prensa tras reunirse con los primeros ministros provinciales de Canadá para discutir las medidas comerciales recientes de EE.UU. “Esta campaña de hostilidad comercial romperá la economía global si no se enfrenta con firmeza.”

El anuncio refleja la determinación de Canadá de proteger su industria automotriz, uno de los pilares de su economía, frente a lo que considera una agresión unilateral por parte de Washington.


Impacto Inmediato en la Industria Automotriz Canadiense

La decisión de Trump ya está teniendo repercusiones inmediatas en el sector automotriz canadiense. Unifor Local 444, el sindicato que representa a los trabajadores de la planta de ensamblaje de automóviles Stellantis en Windsor, Ontario, anunció el miércoles por la noche que la instalación cerrará durante al menos dos semanas debido a los efectos de los aranceles.

El cierre de la planta es una señal clara de la incertidumbre que los aranceles están generando en toda la industria automotriz de Canadá. Según representantes sindicales, las medidas de Trump están desestabilizando las cadenas de suministro y creando un ambiente de inseguridad económica para miles de trabajadores.


Buscando Soluciones para Aliviar el Impacto

Carney aseguró que el gobierno federal está trabajando en la producción de un “marco” para proporcionar alivio a los fabricantes de automóviles canadienses afectados por los contraaranceles. Aunque no ofreció detalles específicos sobre cómo funcionará este marco, destacó que el objetivo es mitigar el impacto económico negativo mientras se mantiene una postura firme frente a las políticas comerciales de EE.UU.

“Estamos comprometidos a apoyar a nuestros productores de automóviles y trabajadores durante este período de incertidumbre”, afirmó Carney. “Nuestra respuesta será proporcional y estratégica, pero también estamos preparados para escalar nuestras medidas si es necesario.”


Una Advertencia Global

El primer ministro canadiense aprovechó la oportunidad para advertir sobre las consecuencias globales de la política comercial de Trump. Según Carney, la campaña de imposición de aranceles masivos no solo afectará a Canadá y otros socios comerciales clave, sino que también podría fragmentar aún más el sistema comercial internacional y generar una crisis económica global.

“La hostilidad comercial de Trump no solo perjudica a Canadá; está socavando las reglas fundamentales del comercio mundial”, dijo Carney. “Si no se aborda, esto podría tener implicaciones devastadoras para la estabilidad económica global.”


Conclusión: Un Enfrentamiento Comercial sin Precedentes

La decisión de Canadá de igualar los aranceles automotrices de Trump marca un nuevo capítulo en las tensiones comerciales entre ambos países. Mientras Ottawa busca proteger sus intereses económicos, Washington insiste en su agenda de “Estados Unidos primero”, lo que podría profundizar las divisiones entre los socios del T-MEC.

El cierre temporal de la planta Stellantis en Windsor subraya la urgencia de encontrar soluciones que equilibren la defensa de la soberanía económica con la necesidad de preservar empleos y estabilidad en la industria automotriz. Para Canadá, esta crisis representa tanto un desafío como una oportunidad para reforzar su posición en el escenario global y liderar una respuesta unida frente a las políticas proteccionistas de Trump.

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