ESTAMBUL, 29 de marzo — El principal partido opositor de Turquía, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), anunció este sábado el inicio de una campaña nacional de recogida de firmas para exigir elecciones presidenciales anticipadas, tras la detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, suspendido de su cargo por orden judicial el pasado domingo. La medida ha desatado una oleada de protestas y críticas contra el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan, acusado por la oposición de utilizar el sistema judicial para neutralizar a sus principales rivales políticos.
La Detención de Imamoglu: Un Golpe Político
El alcalde de Estambul, considerado la figura más visible de la oposición turca, fue enviado a prisión preventiva el 23 de marzo tras ser acusado de corrupción, manipulación de licitaciones, sobornos y colaboración con el terrorismo. Este último cargo está vinculado a un acuerdo electoral entre el CHP y el Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM), una formación prokurda.
Imamoglu, quien fue reelegido en marzo de 2024 como alcalde de Estambul con una ventaja de un millón de votos frente al oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), es visto como uno de los principales desafíos al poder de Erdogan. Su detención ha sido interpretada por la oposición como un intento deliberado de impedir que se presente como candidato presidencial en las elecciones previstas para 2028.
“Los golpistas siguen en el poder. Están en una posición de junta militar”, declaró Özgür Özel, líder del CHP, durante una multitudinaria concentración celebrada en el barrio de Maltepe, en Estambul. Según imágenes aéreas, entre 200.000 y 250.000 personas se reunieron en el evento, organizado por el CHP junto con otras formaciones opositoras, incluyendo el Partido de la Libertad y la Solidaridad (SOL) y la coalición Fuerzas Obreras por la Paz y la Democracia de Estambul.
Campaña Puerta a Puerta: “Vamos a Echar a Este Gobierno”
El CHP anunció que la campaña de recogida de firmas comenzará este domingo en Trabzon, ciudad natal de Imamoglu, con una estrategia puerta a puerta para exigir su liberación y el adelanto de las elecciones. “Vamos a echar a este gobierno. En la Turquía con la que soñamos, los candidatos presidenciales no están en prisión. Libertad inmediata para Ekrem Imamoglu”, declaró Özel desde el escenario instalado junto al mar de Mármara.
La iniciativa busca canalizar la indignación popular hacia una movilización masiva que presione al gobierno para convocar elecciones anticipadas. Además de reclamar la libertad de Imamoglu, el CHP también exigió la liberación de otros líderes opositores encarcelados, como Selahattin Demirtas, ex candidato presidencial del DEM, y Ümit Özdag, líder del Partido de la Victoria, arrestado en enero por “incitación al odio”.
Protestas Masivas y Represión Policial
Desde el pasado 19 de marzo, cuando comenzaron las protestas por la detención de Imamoglu, miles de personas han salido a las calles en diversas ciudades de Turquía. Sin embargo, la respuesta del gobierno ha sido contundente: según datos oficiales, casi 1.900 personas han sido detenidas, muchas de ellas en redadas domiciliarias. El Ministerio del Interior prohibió manifestaciones en Estambul y otras ciudades, aunque el mitin de este sábado recibió permiso oficial, según el CHP.
La censura mediática también ha sido un tema central en las denuncias de la oposición. Durante el mitin, Özel criticó duramente a conglomerados mediáticos cercanos al gobierno, llamando al boicot de productos publicitados en canales como NTV. “No compramos productos que se anuncian en NTV. No vemos NTV”, afirmó. En contraste, expresó su apoyo a medios opositores como Tele 1, Sözcü TV y Halk TV, cuyas licencias fueron revocadas recientemente por el Consejo de Radiotelevisión Turco (RTÜK).
El presidente del RTÜK, Ebubekir Sahin, respondió que estos llamados al boicot constituyen una forma de “presión y opresión”, y advirtió que difundirlos puede considerarse delito. El organismo sancionó el jueves a varias emisoras por transmitir en directo un discurso de Özel en el que denunciaba a los medios afines al poder.
Un Contexto Político Tensión
La detención de Imamoglu ocurre en un contexto de creciente polarización política en Turquía. Desde su reelección en 2024, el alcalde de Estambul ha consolidado su posición como una alternativa viable al AKP, promoviendo una agenda centrada en la transparencia, la lucha contra la corrupción y los derechos democráticos. Su encarcelamiento ha sido interpretado como un intento de debilitar al CHP y fragmentar a la oposición antes de las próximas elecciones.
Además, la medida ha generado preocupación internacional. Organismos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han criticado el uso del sistema judicial como herramienta política, mientras que algunos gobiernos occidentales han pedido explicaciones al régimen de Erdogan.
Desafíos para el Futuro
La campaña lanzada por el CHP enfrenta múltiples obstáculos, desde la represión gubernamental hasta la falta de acceso a medios de comunicación independientes. Sin embargo, la movilización masiva observada en las últimas semanas sugiere que la oposición tiene capacidad para capitalizar el descontento popular y construir una coalición amplia contra el AKP.
La próxima etapa será crucial para determinar si la estrategia puerta a puerta logra generar suficiente presión para forzar un cambio político. Mientras tanto, las protestas continúan extendiéndose por todo el país, coincidiendo con la víspera del fin del Ramadán, un período tradicionalmente marcado por desplazamientos masivos y celebraciones familiares.
Conclusión: Una Lucha por la Democracia
La detención de Ekrem Imamoglu ha convertido a Turquía en el epicentro de una lucha por la democracia y los derechos fundamentales. Para la oposición, liderada por el CHP, esta crisis representa tanto una oportunidad como un desafío: demostrar que existe una alternativa viable al gobierno de Erdogan y movilizar a la sociedad civil en defensa de la justicia y la libertad.
Sin embargo, el camino hacia el cambio político parece lleno de obstáculos. Con un gobierno decidido a mantener el control mediante la represión y la manipulación judicial, el futuro de Turquía dependerá en gran medida de la capacidad de la oposición para mantener la unidad y la presión sobre el régimen.