WASHINGTON, 27 de marzo.- La Casa Blanca admitió este jueves que cometió un “error” al incluir por equivocación a un periodista en un chat de Signal donde se discutían los planes de un ataque militar en Yemen. Sin embargo, la portavoz Karoline Leavitt defendió que la administración ha sido “increíblemente transparente” sobre el incidente y aseguró que se están implementando medidas para evitar que algo similar ocurra en el futuro.
El Error: Periodista Recibe Información Sensible
El editor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, reveló esta semana que fue incluido accidentalmente en un grupo de chat de Signal utilizado por altos funcionarios del gobierno de EE.UU., incluido el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, para debatir los preparativos del bombardeo contra los rebeldes hutíes en Yemen llevado a cabo el 15 de marzo.
En el chat, según The Atlantic, el secretario de Defensa interino, Pete Hegseth, compartió detalles específicos sobre las horas previstas para el ataque y el armamento que se utilizaría. Esta información, considerada altamente sensible, podría haber comprometido la operación si hubiera caído en manos inadecuadas.
Goldberg, quien no participó en la conversación ni divulgó la información en ese momento, escribió que el incidente plantea serias preocupaciones sobre la seguridad de las comunicaciones oficiales cuando se utilizan plataformas no controladas por el gobierno, como Signal, una aplicación de mensajería encriptada popular entre usuarios privados.
Respuesta de la Casa Blanca
Durante una conferencia de prensa, Leavitt reconoció el error y señaló que el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, ya había asumido la responsabilidad. “Nunca hemos negado que esto fuera un error, y estamos implementando cambios para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir”, declaró la portavoz.
Aunque no proporcionó detalles específicos sobre la investigación interna en curso, Leavitt reiteró que la Casa Blanca ha sido “increíblemente transparente” sobre el asunto. También acusó a Goldberg de ser un “reportero sensacionalista anti-Trump”, intentando desacreditar al periodista en medio de la controversia.
Por su parte, el presidente Donald Trump minimizó el incidente y defendió a su equipo de seguridad nacional, afirmando que no hubo daño significativo derivado del error.
Debate Sobre Seguridad y Comunicaciones Oficiales
El episodio ha generado un intenso debate sobre la idoneidad de utilizar aplicaciones de mensajería encriptadas como Signal para discutir temas de alta sensibilidad relacionados con la seguridad nacional. Aunque Signal ofrece un alto nivel de privacidad y cifrado, no está bajo el control directo del gobierno, lo que plantea riesgos adicionales en comparación con sistemas de comunicación oficiales diseñados específicamente para manejar información clasificada.
Además, surgieron preguntas sobre si la información compartida en el chat era oficialmente clasificada y qué protocolos deberían seguirse para garantizar que las discusiones sobre operaciones militares críticas se realicen de manera segura y confidencial.
Reacciones y Críticas
El incidente ha dividido opiniones. Mientras algunos críticos argumentan que refleja una falta de profesionalismo y rigor en la gestión de asuntos de seguridad nacional, otros han minimizado el error, señalando que no hubo consecuencias adversas conocidas para la operación militar.
El propio Jeffrey Goldberg ha defendido su papel en el asunto, destacando que no buscó involucrarse en la conversación ni divulgó información confidencial. Sin embargo, la Casa Blanca ha aprovechado la oportunidad para cuestionar la ética profesional de Goldberg, calificándolo de “anti-Trump”.
Conclusión
El reconocimiento del error por parte de la Casa Blanca marca un paso hacia la rendición de cuentas, pero también expone vulnerabilidades significativas en la forma en que se manejan comunicaciones delicadas dentro del gobierno. A medida que avanza la investigación interna, queda por ver si se implementarán medidas más estrictas para evitar futuros deslices.
El caso también resalta la tensión constante entre transparencia y seguridad en el manejo de información clasificada, así como la necesidad de equilibrar la adopción de tecnologías modernas con los estándares tradicionales de protección de datos sensibles. Por ahora, el episodio sirve como una advertencia sobre los riesgos de depender de herramientas externas para coordinar decisiones de importancia estratégica.