WASHINGTON, 12 de marzo.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó este miércoles un aumento significativo en los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, elevando los gravámenes al 25% para ambos metales. Esta medida, que elimina todas las exenciones previas establecidas en 2018, forma parte de un esfuerzo más amplio del mandatario republicano para “perturbar y transformar” el comercio global. Sin embargo, las fluctuantes amenazas arancelarias han generado temores de una desaceleración económica, agitado los mercados financieros y provocado respuestas contundentes de socios comerciales clave como la Unión Europea y Canadá.
Un Paso Más en la Guerra Comercial
La decisión de Trump de endurecer los aranceles responde a su visión de que estas medidas impulsarán la creación de empleos en la industria manufacturera estadounidense. Durante un evento con directores ejecutivos en el foro Business Roundtable, el presidente afirmó:
“Cuanto más alto sea (el arancel), más probable es que vayan a construir. La mayor victoria será si se trasladan a nuestro país y generan empleos.”
Trump argumenta que los aranceles no solo beneficiarán a las plantas de acero y aluminio locales, sino que también generarán ingresos significativos para el gobierno federal. Sin embargo, economistas y analistas advierten que los costos inflacionarios y las tensiones comerciales podrían superar los beneficios económicos proyectados.
Respuestas Imediatas de Socios Comerciales
Unión Europea: Contramedidas por $28.000 millones
La Unión Europea respondió rápidamente a los nuevos aranceles anunciados por Trump. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que la UE impondrá contramedidas equivalentes por un valor de 26.000 millones de euros (aproximadamente 28.000 millones de dólares). Estas represalias afectarán no solo productos de acero y aluminio, sino también textiles, electrodomésticos y productos agrícolas europeos exportados a EE.UU. Los gravámenes entrarán en vigor el 1 de abril.
“Dado que Estados Unidos aplica aranceles por un valor de 28.000 millones de dólares, responderemos con contramedidas por un valor de 26.000 millones de euros,” afirmó von der Leyen.
Canadá: Aranceles de Retorsión por $29.800 millones
Por su parte, Canadá, el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio a EE.UU., anunció que impondrá aranceles de represalia por un valor de 29.800 millones de dólares canadienses (equivalente a 20.700 millones de dólares estadounidenses). Estas medidas buscan compensar el impacto de los gravámenes impuestos por Washington.
El anuncio fue realizado por un alto funcionario del gobierno canadiense bajo condición de anonimato, quien señaló que las tarifas serán equivalentes a las aplicadas por EE.UU.
China y Otros Países: Preparan Respuestas
Aunque las importaciones de acero chino representan solo una pequeña fracción de las compras estadounidenses, Pekín ha dejado claro que evaluará medidas de respuesta ante lo que considera un ataque injustificado a sus intereses comerciales. Otros países como Brasil, Corea del Sur y Japón también han expresado preocupación por el impacto de los aranceles en sus economías.
Impacto Económico y Sectorial
Costos para Fabricantes Norteamericanos
Si bien los aranceles podrían beneficiar a las plantas de acero y aluminio en EE.UU., los economistas advierten que los fabricantes que utilizan estos metales como materias primas enfrentarán aumentos significativos en sus costos operativos. Según un informe de la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. publicado en 2023, las pérdidas acumuladas por los fabricantes de “transformación” superaron los beneficios obtenidos por los productores de acero y aluminio en años anteriores.
“En 2021, la producción de fabricantes de transformación cayó en casi 3.500 millones de dólares, mientras que la producción de acero y aluminio aumentó en 2.300 millones de dólares,” destacó el estudio.
Este desequilibrio podría tener efectos negativos en sectores como la automoción, la construcción y la maquinaria pesada, donde el costo de los materiales representa una proporción significativa de los gastos.
Temores de Inflación y Desaceleración Económica
El aumento de los aranceles también ha generado preocupaciones sobre una posible escalada inflacionaria. En los últimos meses, el índice bursátil S&P 500 ha caído un 8%, reflejando la incertidumbre de los inversores ante las fluctuaciones comerciales impulsadas por Trump. Economistas advierten que una mayor dependencia de la producción interna podría encarecer productos finales, afectando a consumidores y empresas.
Las Exenciones Previas y su Eliminación
Durante su primer mandato, Trump había impuesto aranceles similares en 2018, pero muchas de estas medidas fueron erosionadas por exenciones otorgadas a socios comerciales clave como Canadá, México y otros países que aceptaron negociar acuerdos comerciales renovados. Además, las empresas estadounidenses podían solicitar exenciones si demostraban que no podían obtener ciertos productos de productores locales.
Sin embargo, el nuevo régimen elimina estas excepciones, extendiendo los aranceles a todos los socios comerciales sin distinción. Este enfoque más agresivo busca presionar a otros países para que adopten políticas comerciales más “recíprocas”, según el discurso oficial de la Casa Blanca.
Conclusión: Un Juego de Alto Riesgo
La estrategia comercial de Trump plantea importantes riesgos tanto para la economía estadounidense como para el sistema global de comercio. Mientras el presidente insiste en que los aranceles son una herramienta efectiva para traer fábricas y empleos de regreso a EE.UU., los expertos señalan que los costos inflacionarios, las represalias internacionales y la incertidumbre económica podrían socavar los objetivos de largo plazo.
“Si eres un ejecutivo en la sala de juntas, ¿realmente vas a decirle a tu junta que es el momento de expandir esa línea de ensamblaje?” cuestionó John Murphy, vicepresidente senior de la Cámara de Comercio de EE.UU.
Mientras tanto, los mercados globales observan con cautela cómo evolucionará esta nueva fase de la guerra comercial, conscientes de que cualquier paso en falso podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad económica mundial.
El escenario actual sugiere que el proteccionismo de Trump está lejos de ser una solución sencilla, y los próximos meses serán cruciales para evaluar si sus políticas logran cumplir con las promesas de campaña o si profundizan las tensiones comerciales y económicas a nivel global.