ZAMORA, 10 de marzo.— La historia de Jason Lee Beckwith, un estadounidense de California que apenas habla español y nunca había estado en Europa hasta hace unos meses, es un ejemplo de cómo una idea puede transformar por completo una vida. Este californiano ha comprado por 310.000 euros —menos de lo que cuesta un piso en muchas ciudades— Salto de Castro, un pueblo deshabitado en la provincia de Zamora, fronterizo con Portugal. Su objetivo: revitalizar este rincón olvidado de la España vacía y convertirlo en un destino turístico sostenible.
El Encuentro con Salto de Castro
Todo comenzó cuando Beckwith navegaba por internet durante su año sabático. Tras vender un pequeño negocio de alojamiento y desayuno en Estados Unidos, estaba buscando nuevas oportunidades. Su mujer, brasileña, le sugirió mirar opciones en Portugal, pero fue entonces cuando descubrió algo insólito: un pueblo entero en venta en la frontera entre España y Portugal.
“Fue como si se encendiera un interruptor en mi cabeza”, confesó Beckwith en una entrevista con EFE. Aunque inicialmente pensó que comprar un pueblo entero sería demasiado trabajo, decidió viajar a España para verlo con sus propios ojos. “Tan pronto como empecé a caminar por las calles y vi las ruinas desmoronadas, supe que ese era mi futuro”, declaró emocionado.
La Historia de Salto de Castro
Salto de Castro es un idílico poblado hidroeléctrico situado a menos de 40 kilómetros de Zamora, en plena reserva de la biosfera Meseta Ibérica. Con 44 viviendas, una hospedería, un bar, una piscina, una iglesia, un antiguo cuartel e instalaciones deportivas, el pueblo fue abandonado tras la automatización de la presa en 1989, cuando los trabajadores que lo habitaban se trasladaron a otras zonas.
Desde entonces, Salto de Castro permaneció prácticamente deshabitado, convirtiéndose en un símbolo de la despoblación rural en España. Ahora, gracias a Beckwith, el pueblo tiene la oportunidad de renacer.
Planes Futuros: Un Proyecto Sostenible y para Todos
Beckwith tiene grandes planes para Salto de Castro. Su visión incluye:
- Un hotel y un albergue.
- Apartamentos de temporada.
- Espacios para nómadas digitales.
- Casas de alquiler de larga estancia.
Su intención es ofrecer opciones accesibles para todos los bolsillos y atraer tanto a visitantes locales como internacionales. Aunque no descarta recibir turistas estadounidenses, su público objetivo principal son los españoles.
Sin embargo, el proyecto será desarrollado poco a poco, ya que la inversión total podría ascender a cinco o seis millones de euros. Lo primero que rehabilitará será la iglesia, para acoger ceremonias, seguida de la piscina y uno de los edificios principales.
“Nunca va a cambiar y eso me encanta, no vamos a construir Disneyland”, aseguró Beckwith, destacando su compromiso con la conservación de la arquitectura original y la armonía del entorno natural.
Un Amor por España Sellado con Tinta
El amor de Beckwith por Salto de Castro y España ha llegado tan lejos que incluso se hizo un tatuaje en el brazo con el nombre de “Don Castro”. Este tatuaje, según explicó, es un recordatorio diario del sueño que está cumpliendo y del nuevo rumbo que ha dado a su vida.
“Amo a España y esto es lo que puedo hacer para ganarme mi lugar”, afirmó. Su misión, dijo, es recuperar el pueblo y compartir su belleza con quienes lo visiten: “Quiero que vean lo que yo he visto, caminen por la naturaleza y la observen”.
Un Viaje Personal y Profesional
Este proyecto marca un antes y un después en la vida de Beckwith. Después de trabajar durante años en una imprenta en Estados Unidos, decidió dar un giro radical a su carrera montando un negocio de alojamiento y desayuno. Ahora, con la compra de Salto de Castro, está listo para enfrentar su mayor desafío: devolverle la vida a un pueblo abandonado.
A finales de este año, Beckwith y su esposa planean mudarse a Salto de Castro para iniciar esta nueva etapa. Serán los primeros empadronados en el pueblo en más de 20 años, marcando el comienzo de una nueva era para este rincón de la España vaciada.
Un Nuevo Capítulo para Salto de Castro
La historia de Jason Lee Beckwith es un testimonio inspirador de cómo la curiosidad y la determinación pueden llevar a descubrir oportunidades inesperadas. Con su visión y pasión, este californiano espera no solo revitalizar Salto de Castro, sino también contribuir a la lucha contra la despoblación rural en España.
“Esto es lo que puedo hacer para ganarme mi lugar”, concluyó Beckwith, dejando claro que su proyecto no es solo un negocio, sino una forma de honrar y preservar la esencia de un lugar único.
Mientras tanto, el tatuaje de “Don Castro” en su brazo será un recordatorio constante de que, a veces, los sueños más grandes pueden encontrarse en los lugares más pequeños.