Petro Insiste en Excluir la Hoja de Coca de la Lista de Sustancias Más Dañinas en la ONU

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BOGOTÁ, 10 de marzo.— El gobierno de Colombia reiteró este lunes su solicitud para excluir la hoja de coca de la lista de sustancias más dañinas durante las sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, que se celebran en Viena. La propuesta, liderada por el presidente Gustavo Petro, busca replantear el enfoque prohibicionista hacia las drogas y promover alternativas económicas para los cultivadores de hoja de coca.


Un Debate Urgente para Colombia

Durante su intervención, la canciller colombiana, Laura Sarabia, destacó que Colombia ha sido uno de los países más afectados por la guerra contra las drogas y que no puede posponerse un debate “franco, inclusivo y respetuoso” sobre la implementación del régimen internacional de control de drogas.

“Colombia es el país que ha puesto los muertos de esta guerra y para nosotros no es una opción postergar este debate”, afirmó Sarabia.

La propuesta de Colombia se alinea con la política impulsada por Petro desde su llegada al poder en 2022 como el primer presidente de izquierda del país. Su administración busca dejar atrás el prohibicionismo tradicional y abordar el problema de las drogas desde una perspectiva de salud pública, desarrollo rural y derechos humanos.


Unirse a Bolivia en la Revisión de la Hoja de Coca

Colombia se une a Bolivia, que desde hace años ha solicitado a la ONU retirar el veto a los usos tradicionales de la hoja de coca bajo el argumento de que, en su estado natural, no es un estupefaciente. Desde 2023, Colombia ha pedido revisar la clasificación actual de la hoja de coca en la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, en la que se le aplican medidas de fiscalización estricta y se prohíbe su cultivo.

El gobierno colombiano argumenta que sacar la hoja de coca de esta lista permitiría quitarle poder a los narcotraficantes, quienes la utilizan principalmente para producir cocaína, y fomentaría su uso en aplicaciones industriales, como fertilizantes o productos alimenticios.


Alternativas Económicas para los Cultivadores

El plan del gobierno incluye ofrecer alternativas económicas a los campesinos que dependen del cultivo de hoja de coca. Entre las opciones propuestas están el cultivo de cacao y café, así como otros proyectos productivos legales. Este enfoque forma parte de una estrategia más amplia para sustituir los cultivos ilícitos por actividades lícitas, aunque hasta ahora los resultados han sido limitados.

Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el área sembrada de hoja de coca en Colombia alcanzó las 253.000 hectáreas en 2023, un 10% más que el año anterior. Además, la producción potencial de cocaína aumentó en un 53%.

Sarabia aseguró que la exclusión de la hoja de coca de la lista de sustancias dañinas no implica abandonar la erradicación de cultivos ilícitos. Por el contrario, el gobierno colombiano trazó la semana pasada el plan más ambicioso de erradicación en lo que va del mandato de Petro, con la meta de eliminar 25.000 hectáreas en el noreste del país, una región convulsa por enfrentamientos entre grupos armados. Como parte del plan, se ofrecerá un pago mensual a los campesinos que acepten sustituir sus cultivos.


Apelando a la Ciencia

La canciller Sarabia defendió la propuesta de Colombia argumentando que está respaldada por razones científicas y prácticas. Según ella, la ciencia demostrará que la hoja de coca en su estado natural no es perjudicial para la salud.

“La ciencia nos dará la razón. Esperamos que un eventual estudio científico de la Organización Mundial de la Salud confirme que la hoja de coca no debe estar en la lista de sustancias más dañinas”, declaró.

Además, Sarabia enfatizó que el gobierno colombiano está utilizando procedimientos establecidos en las convenciones internacionales para avanzar en su solicitud, asegurando que se trata de un proceso legítimo y respetuoso del marco jurídico global.


Foco en los Grandes Narcotraficantes

Aunque el gobierno busca despenalizar el uso tradicional de la hoja de coca, también ha intensificado su lucha contra los grandes narcotraficantes. Sarabia explicó que el enfoque actual se centra en interceptar grandes cargamentos y golpear las finanzas de las organizaciones criminales.

“Hemos puesto el foco en la interdicción de grandes cargamentos a los grandes traficantes para golpearlos donde más les duele: en sus finanzas”, aseguró.

Este enfoque dual busca combinar medidas de desarrollo rural con acciones enérgicas contra el crimen organizado, en un intento por abordar el problema desde múltiples ángulos.


Desafíos y Críticas

A pesar de las buenas intenciones, la propuesta enfrenta importantes desafíos. Algunos sectores internacionales y locales han expresado preocupación por el posible impacto en los esfuerzos globales contra las drogas. Además, la creciente violencia en regiones productoras de coca complica la implementación de programas de sustitución de cultivos.

El aumento del 10% en el área sembrada de hoja de coca en 2023 demuestra que aún queda mucho trabajo por hacer para reducir la dependencia de los campesinos en este cultivo. Sin embargo, el gobierno insiste en que su enfoque integral, que combina desarrollo económico, seguridad y cooperación internacional, es la mejor manera de abordar el problema.


Conclusión: Un Cambio de Paradigma

La solicitud de Colombia para excluir la hoja de coca de la lista de sustancias más dañinas representa un cambio significativo en el enfoque global hacia las drogas. Si bien enfrenta resistencia, el gobierno de Petro está decidido a liderar un debate internacional que priorice la salud pública, el desarrollo rural y la justicia social sobre el prohibicionismo tradicional.

“No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Es hora de cambiar el paradigma”, concluyó Sarabia, subrayando la necesidad de un enfoque innovador y sostenible para enfrentar el problema de las drogas.

Mientras tanto, los próximos pasos dependerán de la respuesta de la Comisión de Estupefacientes de la ONU y de la voluntad de la comunidad internacional para reconsiderar políticas que han dominado el escenario global durante décadas.

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