TRUJILLO, 24 feb.- Perú despidió este lunes con un emotivo homenaje a las seis personas que perdieron la vida tras el colapso parcial del techo de un centro comercial en Trujillo, la tercera ciudad más grande del país. El accidente, ocurrido el pasado jueves, dejó además 81 heridos, algunos de gravedad, y ha generado una ola de indignación entre los ciudadanos, quienes exigen justicia y responsabilizan a la corrupción y negligencia por la tragedia.
Conclusión de las Labores de Rescate
El domingo 23 de febrero marcó el final de las labores de búsqueda y rescate, que se extendieron durante 50 horas en el centro comercial Real Plaza Trujillo. Según el Instituto de Defensa Civil (Indeci), no se encontraron más víctimas entre los escombros, confirmando así el número oficial de seis fallecidos: cinco murieron en el lugar del accidente y uno falleció posteriormente en el hospital.
Aunque inicialmente el Ministerio del Interior reportó ocho muertos, las autoridades regionales aclararon que dos de los nombres en esa lista correspondían a personas que resultaron heridas pero sobrevivieron. Cerca de 40 heridos ya recibieron el alta médica, mientras que otros permanecen bajo tratamiento en hospitales locales.
Wilfredo Agustín, subgerente de Defensa Civil en La Libertad, destacó la complejidad de las operaciones de rescate debido al riesgo estructural del edificio. “Todos los espacios donde se presumía encontrar cuerpos fueron revisados y estudiados al 100 %. Sin embargo, los trabajos continúan para retirar escombros y elaborar los informes finales”, explicó desde el lugar del siniestro.
La Escena Se Convierte en Caso de Investigación
Una vez concluidas las labores de rescate, la zona fue declarada escena de investigación criminal por el Ministerio Público. Las autoridades han prohibido cualquier intento de limpieza o modificación del lugar hasta que se determine la causa exacta del colapso. Este paso es crucial para establecer responsabilidades y evitar futuras tragedias similares.
El desplome de parte de la cúpula sobre la zona de restaurantes ha generado múltiples interrogantes sobre la calidad de la construcción y el cumplimiento de normas de seguridad. Los ciudadanos apuntan directamente a la corrupción como posible culpable, exigiendo transparencia y rendición de cuentas.
Vigilia y Pedidos de Justicia
Durante la tarde del domingo, cientos de personas se reunieron frente al centro comercial para rendir tributo a las víctimas en una vigilia cargada de emociones. Entre fotografías, flores y velas, los asistentes colocaron pancartas con mensajes como:
- “Fuera autoridades corruptas”
- “Justicia para los fallecidos”
- “Real Plaza nunca más”
- “Ya basta de tanta corrupción”
Los gritos de “¡Justicia!” resonaron en las calles cercanas, reflejando la frustración y el dolor de una comunidad que exige respuestas claras sobre cómo pudo ocurrir una tragedia de esta magnitud. Entre las víctimas mortales se encuentran al menos dos niños, lo que ha aumentado aún más la conmoción pública.
Un Grito Contra la Corrupción
La tragedia ha reavivado debates sobre la corrupción estructural en proyectos de infraestructura en Perú. Muchos ciudadanos acusan a las autoridades locales y nacionales de ser complacientes con empresas constructoras que priorizan ganancias sobre la seguridad de las personas.
El colapso del techo del Real Plaza Trujillo no solo ha dejado un saldo trágico en términos humanos, sino que también ha expuesto fallas sistémicas que podrían estar presentes en otras construcciones del país. Los vecinos exigen la renuncia de funcionarios involucrados y piden que se apliquen sanciones ejemplares para evitar que hechos como este se repitan.
Compromiso Oficial y Próximos Pasos
Las autoridades regionales y nacionales han prometido investigar exhaustivamente el caso para determinar las causas del colapso. Además, se espera que se implementen medidas inmediatas para inspeccionar y garantizar la seguridad de otros centros comerciales y edificios públicos en todo el país.
Mientras tanto, la comunidad de Trujillo sigue de luto, recordando a las víctimas y exigiendo justicia. Este trágico evento ha dejado claro que la seguridad estructural no puede ser sacrificada en nombre de la economía o la rapidez en la construcción. Solo mediante una investigación transparente y sanciones contundentes podrá restaurarse la confianza en las instituciones y evitar futuras tragedias.