BOGOTÁ, 20 feb.- La ciudad de Cúcuta, epicentro colombiano en la frontera con Venezuela, estará bajo toque de queda entre la noche de este jueves y la madrugada del viernes debido a una escalada de violencia perpetrada por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). La guerrilla realizó cuatro atentados con explosivos en Cúcuta y su vecina Villa del Rosario, dejando heridos, terror entre los habitantes y daños materiales significativos.

El alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, anunció las medidas restrictivas en redes sociales, señalando que el toque de queda comenzará a las 7:00 p.m. del jueves y se extenderá hasta las 6:00 a.m. del viernes. Además, confirmó la suspensión de clases en colegios para garantizar la seguridad de estudiantes y docentes.


La Embestida del ELN en la Región

Desde mediados de enero, la región limítrofe ha sido blanco de ataques violentos atribuidos al ELN, en medio de una disputa por el control del narcotráfico. Estos enfrentamientos han dejado más de 60 muertos, 50.000 desplazados y un ambiente de pánico entre los pobladores.

En la noche del miércoles, los rebeldes llevaron a cabo una serie de ataques coordinados:

  • Un coche bomba explotó en un peaje en Villa del Rosario.
  • Tres centros policiales en Cúcuta fueron atacados con explosivos.

Estos incidentes dejaron al menos seis heridos, según cifras oficiales. Reporteros de la AFP observaron escenas de destrucción en el peaje de Villa del Rosario, así como agujeros causados por armas de fuego en infraestructuras policiales en Cúcuta.

El secretario de Seguridad de Norte de Santander, George Quintero, calificó los ataques como actos de “terrorismo”, mientras que el comandante local de la policía, general William Quintero, afirmó que los ataques estaban relacionados con la conmemoración de la muerte de Domingo Laín Sáenz, un sacerdote y guerrillero español que murió en combate el 20 de febrero de 1974.


Un Departamento Estratégico para el Narcotráfico

Norte de Santander, donde se encuentra Cúcuta, es uno de los departamentos con mayor presencia del ELN debido a su ubicación estratégica para el tráfico de cocaína hacia Venezuela y otros países. Además, la región es escenario de enfrentamientos entre el ELN y disidentes de las FARC en zonas como el Catatumbo, un área clave para la producción de hoja de coca.

La violencia en esta región ha llevado al presidente Gustavo Petro a suspender temporalmente los diálogos de paz que había iniciado con el ELN en 2024. Este conflicto evidencia los desafíos que enfrenta su política de “Paz Total”, que busca desarticular a los grupos armados ilegales mediante el diálogo.


Crisis de Seguridad en Colombia

Analistas señalan que la seguridad en Colombia ha empeorado durante la administración de Petro, quien ha priorizado el diálogo sobre las acciones militares contra los grupos armados. Esta estrategia ha generado críticas de la oposición, que argumenta que los grupos criminales están aprovechando la reducción de operaciones ofensivas del ejército para fortalecerse.

En los últimos días, el ELN también ha intensificado sus acciones en el departamento fronterizo de Arauca, donde secuestró a cuatro soldados que se movilizaban de civil por carreteras. Estos episodios refuerzan la percepción de deterioro de la seguridad en zonas rurales y fronterizas.


Cambios en el Alto Mando Militar

En respuesta a la creciente violencia, el presidente Petro realizó cambios en su gabinete. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, renunció recientemente tras una solicitud de dimisión dirigida a todo el equipo ministerial. Petro nombró en su lugar al general de la Fuerza Aérea Pedro Sánchez, quien anunció que se retirará de las Fuerzas Armadas para asumir el cargo.

Sánchez tiene la misión de frenar la violencia que ha azotado al país durante más de medio siglo. Su nombramiento podría indicar un endurecimiento de las políticas de seguridad, aunque Petro insiste en que su estrategia de “Paz Total” sigue siendo viable.


Reacciones y Desafíos Futuros

La situación en Cúcuta y Norte de Santander refleja los enormes desafíos que enfrenta Colombia en su lucha contra los grupos armados ilegales. Mientras el gobierno intenta avanzar en los diálogos de paz, la población civil sufre las consecuencias de la violencia, incluyendo desplazamientos masivos, pérdidas económicas y un clima de miedo.

La oposición critica duramente la política de Petro, argumentando que los grupos armados están aprovechando la falta de acciones militares para expandir su influencia. Por otro lado, defensores del gobierno sostienen que el diálogo es la única solución a largo plazo para desarticular a estos grupos.


Una Crisis Sin Resolución Inmediata

La imposición del toque de queda en Cúcuta subraya la gravedad de la situación en la región fronteriza. Mientras el gobierno intenta equilibrar la seguridad con los esfuerzos de paz, la violencia del ELN y otros grupos armados sigue siendo una amenaza constante para la población.

El futuro de Colombia depende de la capacidad del gobierno para abordar simultáneamente la seguridad inmediata y las negociaciones de paz. Sin embargo, con la violencia en aumento y la confianza pública en declive, el camino hacia la paz parece más incierto que nunca.

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