Madrid, 16 feb.- El nuevo rector de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Óscar García Suárez, ha destacado en una entrevista con EFE las virtudes que, a su juicio, hacen que la universidad pública siga siendo “todavía muy superior” a la privada. García pide a las autoridades que “velen” por mantener los altos estándares de calidad del sistema público, especialmente frente al crecimiento de nuevas universidades privadas.
La UPM: Un Referente Tecnológico Global
Desde que asumió el cargo hace poco más de un mes, García ha subrayado la apuesta tecnológica de la UPM como uno de sus principales activos. La institución no solo lidera el ranking nacional en patentes, con más de 600 en vigor, sino que también se distingue como la “única universidad española que cuenta con una incubadora de empresas en China”.
Con casi 40.000 estudiantes y unos 3.000 docentes e investigadores, la UPM ocupa el puesto 73 del mundo en tecnología según el prestigioso ranking QS, que evalúa a 1.500 universidades. “Es una posición bastante buena y la primera de España”, señala el rector con orgullo.
García resalta que esta posición privilegiada es fruto de décadas de inversión en investigación, desarrollo tecnológico y formación avanzada. Sin embargo, advierte que la llegada de nuevas universidades privadas exige garantizar que estas mantengan niveles mínimos de calidad. “Yo no estoy en contra de la universidad privada, pero lo que sí deberíamos velar como país es porque las universidades privadas tengan el nivel mínimo exigible a un centro educativo de alto nivel”, recalca.
Diferencias entre Universidades Públicas y Privadas
El rector reconoce que las fuentes de financiación y los mecanismos de control son diferentes entre universidades públicas y privadas. Mientras que las públicas dependen en gran medida de fondos estatales y están sujetas a rigurosos controles, las privadas tienen mayor flexibilidad operativa. “Eso hace que no seamos todos iguales de ágiles y que, a veces, en algunas cosas no podamos competir con las mismas armas”, lamenta.
No obstante, García considera que la competencia con las universidades privadas “es sana y nos debería hacer crecer”. Este enfoque se refleja en la propia UPM, que actualmente está a la espera de la aprobación para abrir una nueva Facultad de Ciencias de la Salud, que comenzaría con un grado en Fisioterapia. “Es un complemento con las escuelas de ingeniería”, explica, dejando abierta la posibilidad de incorporar un grado en Medicina en el futuro, dada la convergencia entre ingeniería y avances médicos.
Apostando por la Inteligencia Artificial
Como ingeniero industrial y catedrático, García tiene claro cuál es el objetivo estratégico de las titulaciones de la UPM: la inteligencia artificial (IA). “Son las de más futuro”, afirma. La UPM ya ha graduado la primera generación de estudiantes en grados de IA y ha integrado esta disciplina en casi todas las ingenierías. Además, ofrece un máster oficial en inteligencia artificial.
El rector también aboga por revisar la oferta de grados para hacerlos más comprensibles, especialmente en el caso de las ingenierías. Propone clarificar qué titulaciones habilitan para ejercer directamente tras el grado y cuáles requieren un máster adicional. “Es importante que los estudiantes entiendan claramente el camino que están eligiendo”, señala.
Reducir la Brecha de Género en STEM
Uno de los grandes retos que identifica García es reducir la brecha de género en las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Aunque reconoce que “los números van creciendo muy despacito”, todavía son “muy bajos”.
“Es vital que las chicas desde muy jóvenes tengan referentes mujeres y sepan desde los primeros años de Primaria qué es una profesión de ingeniería”, enfatiza. Para ello, propone programas de divulgación y mentoría que inspiren a las niñas a considerar carreras técnicas como una opción viable y atractiva.
Un Futuro Basado en la Calidad y la Innovación
Óscar García concluye que el futuro de la educación superior pasa por mantener altos estándares de calidad, tanto en el ámbito público como en el privado. A su juicio, la universidad pública debe seguir siendo un faro de excelencia académica y científica, capaz de competir a nivel global mientras promueve la igualdad y la innovación.
La UPM, bajo su liderazgo, continuará apostando por la tecnología, la inteligencia artificial y la internacionalización, con proyectos como la incubadora en China y la posible expansión hacia las ciencias de la salud. Al mismo tiempo, buscará superar desafíos estructurales, como la brecha de género y la necesidad de adaptar su oferta educativa a las demandas del mercado laboral.
Con este enfoque, García confía en que la UPM seguirá siendo un referente no solo en España, sino también en el panorama universitario mundial.