Múnich (Alemania), 13 feb.- Un atropello masivo registrado este martes en el centro de Múnich ha dejado al menos 30 heridos, algunos en estado grave, mientras las autoridades investigan el incidente como un posible atentado. El presunto autor, un hombre afgano de 24 años, fue detenido tras el suceso, que ha generado conmoción en Alemania y ocurre apenas diez días antes de las elecciones regionales del próximo 23 de febrero, en las que la inmigración se ha convertido en uno de los temas centrales del debate político.
El vehículo embistió poco antes de las 11 de la mañana (10:00 GMT) contra una manifestación de empleados públicos convocada por el sindicato Ver.di en pleno corazón de la capital bávara. Aproximadamente 1.500 personas participaban en la marcha cuando el coche sorteó los vehículos policiales y arremetió contra la multitud. Según confirmó un portavoz de la Policía, los agentes efectuaron disparos para neutralizar al conductor, quien fue arrestado en el lugar.
Un Modus Operandi que Apunta a un Atentado
El primer ministro de Baviera, el conservador Markus Söder, declaró desde el lugar de los hechos que, basándose en el modus operandi, las autoridades consideran que se trata de un atentado. La investigación ha sido asumida por la Central para la Lucha contra el Extremismo y el Terrorismo de la Fiscalía de Múnich. Según informes preliminares del semanario Der Spiegel, el sospechoso habría publicado contenido islamista en redes sociales poco antes del ataque, aunque esta información aún no ha sido confirmada oficialmente.
El detenido, nacido en Kabul en 2001, llegó a Alemania a los 15 años. Su solicitud de asilo fue rechazada, pero debido a la situación humanitaria en Afganistán, poseía el estatus de “tolerado”, lo que significa que, aunque carecía de un permiso de residencia formal, no podía ser deportado de manera inmediata. Las autoridades también revelaron que contaba con antecedentes por tráfico de estupefacientes y hurtos.
Reacciones Políticas en Plena Campaña Electoral
El canciller alemán, Olaf Scholz, exigió que el autor sea castigado con todo el peso de la ley y posteriormente expulsado del país. “Quien comete delitos en Alemania no solo debe ser castigado e ir a la cárcel, también debe contar con que perderá el permiso de residencia”, afirmó durante un acto de campaña en Fürth, en el sur del país. Scholz recordó que su Gobierno organizó recientemente un vuelo de deportación de criminales convictos a Afganistán y adelantó que otros están en preparación.
Por su parte, Friedrich Merz, líder de la oposición y favorito en las encuestas para las elecciones del 23 de febrero, prometió endurecer las políticas migratorias si llega al poder. “La seguridad de las personas tendrá la prioridad. Impondremos la ley y el orden. Todos tienen que volver a sentirse seguros en nuestro país”, escribió en la red social X.
Las declaraciones más duras vinieron de Alice Weidel, candidata a canciller por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), quien insistió en la necesidad de deportar a los migrantes involucrados en actos delictivos. “¡Lo vamos a hacer y basta!”, afirmó en entrevistas con los medios.
Un Contexto Marcado por Ataques Recientes
Este incidente no es un caso aislado. En diciembre, un refugiado saudí mató a cinco personas y dejó casi 300 heridos al embestir contra un mercadillo navideño en Magdeburgo (este). Además, el mes pasado, un afgano cuya solicitud de asilo había sido archivada asesinó a dos personas, incluido un niño de dos años, en un ataque con cuchillo en Aschaffenburg (sur). Este último episodio marcó un punto de inflexión en la campaña electoral, llevando a Merz a anunciar un giro radical en su política migratoria, prometiendo cerrar las fronteras a nuevos solicitantes de asilo si llega al poder.
Impacto en la Opinión Pública y las Encuestas
A pocos días de las elecciones, el tema de la inmigración ha dominado el debate político. Según las últimas encuestas, los conservadores liderados por Merz obtendrían un 30 % de los votos, seguidos por la ultraderecha de la AfD con un 20 % y los socialdemócratas de Scholz con un 15 %. El ataque en Múnich podría influir en estas cifras, reforzando el discurso de quienes abogan por medidas más estrictas en materia de seguridad y migración.
Un Desafío para la Seguridad Nacional
El atropello en Múnich no solo ha sacudido a la ciudad, sino que también ha ocurrido en vísperas de la Conferencia de Seguridad de Múnich, un evento clave en el calendario internacional que cuenta con la participación de representantes de Gobiernos de todo el mundo. Para garantizar la seguridad del evento, que comienza el viernes, se ha desplegado a 5.000 policías en la región.
Mientras tanto, el país enfrenta una encrucijada sobre cómo abordar los desafíos relacionados con la inmigración y la integración, especialmente en un contexto marcado por ataques recientes vinculados a migrantes. Los partidos políticos han comenzado a plantear propuestas específicas, pero queda por verse si después de las elecciones se logrará un consenso para implementar medidas efectivas que garanticen la seguridad sin comprometer los valores fundamentales de acogida y solidaridad que han caracterizado a Alemania durante décadas.
El ataque en Múnich ha dejado heridas abiertas, pero también ha puesto de manifiesto la urgencia de encontrar soluciones equilibradas que protejan tanto a la sociedad como a los derechos humanos en un momento crítico para el futuro del país.