Tracy, California, EE.UU., 16 enero.- Michel Bérrios, una destacada líder estudiantil nicaragüense, dejó Estados Unidos a finales de diciembre, impulsada por la creciente incertidumbre frente a las políticas de deportación masiva anunciadas por el presidente electo Donald Trump. A pesar de su estatus migratorio legal y de tener casi un año restante de estancia temporal, Bérrios optó por trasladarse a Irlanda buscando seguridad y estabilidad.
Bérrios llegó a Estados Unidos en 2023 bajo un permiso humanitario temporal concedido por la administración de Joe Biden. Esta medida, que busca proporcionar vías legales a ciudadanos de países vulnerables como Nicaragua, Cuba, Haití y Venezuela, permitió la entrada de aproximadamente 100,000 nicaragüenses desde finales de 2022. Sin embargo, las retóricas antiinmigrantes durante la campaña presidencial de Trump reactivaron los traumas que Bérrios vivió en Nicaragua, donde lideró protestas estudiantiles contra el régimen de Daniel Ortega en 2018.
“Estuve básicamente escondida por cinco años en Nicaragua. Tenía que cambiar mi rutina, mi vida completamente”, relató Bérrios, quien enfrentó persecución por su activismo político. “Con el regreso de Trump, esa incertidumbre vuelve”.
De Estados Unidos a Irlanda
Aunque inicialmente encontró refugio en California, las crecientes tensiones políticas y sociales en Estados Unidos la llevaron a buscar otras opciones. Irlanda surgió como una alternativa gracias a la rapidez de su sistema de asilo y la ausencia de reacciones negativas hacia los solicitantes, según expertos.
En diciembre, Bérrios aterrizó en Dublín, donde solicitó protección humanitaria. En menos de 24 horas, recibió una identificación válida por un año y comenzó a construir una nueva vida en un hotel compartido con mujeres de distintas nacionalidades. Ahora espera poder inscribirse en la escuela mientras tramita su permiso de trabajo.
Autodeportaciones: una herramienta involuntaria para las políticas de Trump
El caso de Bérrios refleja un fenómeno conocido como “autodeportación”, en el que migrantes legales o indocumentados optan por abandonar voluntariamente Estados Unidos debido a un entorno hostil. Aunque las deportaciones masivas tienen limitaciones logísticas, la autodeportación permite a la administración alcanzar sus objetivos sin grandes costos operativos.
Tom Homan, designado como responsable de fronteras bajo el gobierno de Trump, ha sido claro en su postura: “Si quieres autodeportarte, deberías hacerlo porque, de nuevo, sabemos quién eres y vamos a ir a buscarte”.
Esperanza en un nuevo comienzo
Bérrios se muestra optimista a pesar de los desafíos: “Son sacrificios que uno hace. Y uno siempre espera que las cosas salgan como uno piensa (…). Tal vez no con exactitud, pero bastante cercano”.
Con su experiencia como líder estudiantil y su resiliencia frente a la adversidad, Bérrios ahora busca establecerse en Irlanda y construir un futuro alejado de la incertidumbre que marcó su vida en Nicaragua y Estados Unidos.