Bogotá, 15 enero.- El presidente de Colombia, Gustavo Petro, expresó su desaprobación sobre la composición de la delegación que asistirá a la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el próximo 20 de enero. Petro, quien no fue invitado a la ceremonia, cuestionó la presencia en el evento de la “extrema derecha”, mencionando en particular a aquellos vinculados con “masacres”, como es el caso de su propio país.

A través de un mensaje en su cuenta de “X” (anteriormente conocida como Twitter), el mandatario colombiano felicitó al presidente saliente Joe Biden por las recientes decisiones políticas que benefician a Cuba, como la eliminación de la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo y la suspensión de sanciones a las empresas militares cubanas. En su mensaje, Petro destacó que estos pasos, aunque parciales, representan un avance en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.

“EE. UU. tiene dos maneras de relacionarse con América Latina, o dialogando con la diversidad o imponiendo con la fuerza. Felicito a Biden que siempre ha buscado el diálogo con la diversidad latinoamericana. Levantar bloqueos es un gran avance”, dijo Petro, antes de hacer una crítica contundente a la postura de Trump.

El presidente colombiano cuestionó que, en su opinión, Trump ha invitado a la extrema derecha a su toma de posesión, señalando que esta inclinación política rechaza la diversidad y pretende imponer sus ideas. Según Petro, la América Latina que representará en el futuro debe dejar atrás la “soledad” y rechazar la “supremacía blanca, la soberbia y la codicia”.

Petro concluyó su mensaje afirmando que, a pesar de las diferencias, espera poder mantener un diálogo constructivo con el nuevo gobierno de Estados Unidos. Subrayó su visión de un continente latinoamericano unido, compuesto por seres humanos iguales y libres, en lugar de uno fragmentado por la supremacía y la imposición.

La postura de Biden sobre Cuba, que ha generado tanto elogios como críticas, también fue rechazada por algunos congresistas de ambos partidos en Estados Unidos, quienes consideran que este acercamiento al régimen cubano podría poner en riesgo la seguridad nacional y la lucha por la libertad en la isla.

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