Quito, 31 dic.- La Fiscalía de Ecuador confirmó este martes que los cuerpos calcinados hallados la semana pasada corresponden a los cuatro menores desaparecidos el pasado 8 de diciembre en el sur de Guayaquil, tras ser aprehendidos durante un operativo militar.

Las víctimas, identificadas como Josué Arroyo (14 años), Ismael Arroyo (15), Saúl Arboleda (15) y Steven Medina (11), fueron localizadas el 24 de diciembre en un terreno cercano a la Base Aérea de Taura, a unos 40 kilómetros del lugar donde fueron vistos por última vez jugando al fútbol. Según el informe forense, los cuerpos estaban maniatados y quemados, lo que confirmó las peores sospechas de las familias.

La Fiscalía señaló que pruebas de genética forense corroboraron las identidades de los menores, calificando el hecho como “desaparición forzada” en un comunicado oficial.

Procesamiento de militares y contexto del caso

La jueza constitucional Tanya Loor Zambrano emitió una orden de prisión preventiva contra 16 militares investigados por su presunta implicación en los hechos. La desaparición de los niños ha generado protestas en diversas ciudades del país, exigiendo justicia y esclarecimiento del caso.

Este crimen ocurre en un contexto de militarización implementada por el presidente Daniel Noboa desde enero de 2024 como parte de una estrategia para enfrentar el aumento de la criminalidad en Ecuador. Sin embargo, esta política ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, que advierten sobre el riesgo de abusos y violaciones a los derechos fundamentales.

El caso ha conmocionado a la sociedad ecuatoriana, que clama por justicia para las familias de los menores, en medio de un ambiente de creciente inseguridad y desconfianza hacia las autoridades.

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