Washington, 31 dic.- El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, sostuvo este lunes una conversación con los líderes opositores venezolanos Edmundo González Urrutia, reconocido por Washington como ganador de los comicios presidenciales de julio y actualmente exiliado en España, y María Corina Machado.
En la llamada, Blinken reiteró el respaldo de su país a los líderes opositores y subrayó la importancia de respetar “la voluntad de los venezolanos, expresada en las urnas”. Según un comunicado emitido por el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, EE.UU. está comprometido con la “restauración pacífica de la democracia en Venezuela y la liberación de los presos políticos injustamente detenidos”.
Crisis postelectoral en Venezuela
El actual presidente Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, mantiene su intención de jurar un nuevo mandato el próximo 10 de enero, a pesar de las denuncias de fraude en los comicios de julio. Maduro fue proclamado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE), aunque los resultados detallados no se han divulgado, lo que ha generado protestas internas e internacionales.
“Juraré como presidente junto a millones de hombres y mujeres en las calles”, declaró Maduro a mediados de diciembre en un acto transmitido por el canal estatal VTV. Planea asumir el cargo en la Asamblea Nacional, actualmente controlada por el chavismo, para un tercer sexenio.
Denuncias de fraude y persecución política
La oposición, encabezada por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), denuncia fraude electoral y persecución política tras las elecciones. Según cifras de la ONG Foro Penal, Venezuela enfrenta un récord histórico de presos políticos en el siglo XXI, una situación que Blinken calificó como inaceptable durante su conversación con González y Machado.
Este respaldo de Washington reafirma la postura de EE.UU. de no reconocer la legitimidad de Maduro, mientras intensifica la presión internacional para una transición democrática en el país sudamericano.
La crisis venezolana sigue polarizando a la comunidad internacional, con Washington abogando por elecciones libres y transparentes que permitan al país salir de su prolongada crisis política y humanitaria.