Daniel Noboa cumple un año de mandato en Ecuador marcado por crisis y decisiones controvertidas

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Quito, 22 nov. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, llega este sábado a su primer año en el poder, un periodo atravesado por crisis de violencia, tensiones políticas, conflictos internacionales y desafíos económicos. A sus 36 años, Noboa, quien asumió como el presidente más joven en la historia de Ecuador y de Latinoamérica, ha adoptado medidas polémicas que han generado tanto respaldo como críticas.

Violencia: de crisis a “conflicto armado interno”

El ascenso de Noboa coincidió con un dramático aumento de la violencia del crimen organizado, posicionando a Ecuador como el país con la mayor tasa de homicidios de Latinoamérica en 2023, con 47,2 muertes por cada 100.000 habitantes.

En enero de 2024, una ola de ataques atribuidos a bandas criminales, que incluyó motines con 200 rehenes y un asalto a un canal de televisión en plena transmisión, llevó al presidente a declarar la lucha contra estas organizaciones como un “conflicto armado interno”. Bajo esta medida, militarizó cárceles controladas por grupos delictivos y aplicó estados de excepción en zonas críticas.

Aunque los homicidios han disminuido un 18 %, persisten las denuncias de secuestros, extorsiones y ataques a funcionarios municipales y judiciales. La estrategia de “mano dura” ha sido cuestionada por organizaciones de derechos humanos, que señalan ejecuciones extrajudiciales y abusos policiales como parte de la ofensiva.

Conflictos internacionales y el asalto a la embajada de México

En abril, Noboa ordenó el ingreso forzoso a la embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, exvicepresidente condenado por corrupción, quien había recibido asilo político. Este incidente derivó en una crisis diplomática con México, la ruptura de relaciones con Venezuela y Nicaragua, y un litigio ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

El impacto se sintió en la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en Cuenca, donde las sillas de México, Venezuela y Nicaragua permanecieron vacías, y se registró una inédita ausencia de otros presidentes latinoamericanos.

Enfrentamiento con la vicepresidenta

La relación entre Noboa y su vicepresidenta, Verónica Abad, ha sido conflictiva desde la campaña electoral de 2023. Uno de sus primeros actos como mandatario fue enviarla como embajadora a Israel, intensificando el distanciamiento.

Abad acusó a Noboa de ejercer violencia política de género para obligarla a renunciar y evitar delegarle funciones presidenciales durante el periodo electoral de 2025, cuando él buscaría la reelección. En respuesta, Noboa denunció a Sebastián Barreiro, hijo de Abad, por presunta corrupción. Finalmente, Abad fue suspendida de sus funciones durante cinco meses, siendo reemplazada por Sariha Moya como “vicepresidenta encargada”.

Economía en recesión y apagones críticos

En el plano económico, Noboa implementó un programa con el FMI por 4.000 millones de dólares, acompañado de medidas impopulares como el aumento del IVA del 12 % al 15 % y la eliminación de subsidios a combustibles.

Sin embargo, Ecuador entró en recesión en la segunda mitad del año, y desde septiembre, los apagones han afectado hasta 14 horas diarias, causando pérdidas superiores a 3.000 millones de dólares según estimaciones empresariales.

Un mandato bajo constante presión

En este contexto, Noboa enfrenta un desafío monumental para recuperar la estabilidad en el país. Su enfoque en seguridad y economía le ha otorgado cierto apoyo, pero las tensiones internas y los conflictos diplomáticos marcan un panorama complejo en el inicio de su segundo año al frente de Ecuador.

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