Miami, 16 Nov. — La bulliciosa y vibrante ciudad de Bombay cobra vida en All We Imagine as Light, el debut narrativo de la cineasta Payal Kapadia. La película explora las vidas de tres mujeres que navegan la agobiante realidad urbana de la ciudad, donde el transporte y el trabajo son los pilares de su existencia, pero ni siquiera eso parece suficiente para sobrevivir. En este contexto, la directora ofrece una visión conmovedora y cinematográficamente rica de la lucha cotidiana por la dignidad y el espacio vital en un entorno que apenas las nota.

El relato sigue a Parvaty (Chhaya Kadam), una viuda que recientemente se ha jubilado después de trabajar toda su vida en un hospital de la ciudad. Sin embargo, se enfrenta a la amenaza de desalojo, un recordatorio brutal de cómo la ciudad despoja a aquellos que construyen su estructura. Junto a ella, Prabha (Kani Kusruti) y Anu (Divya Prabha) también buscan hacerse un espacio en un mundo donde la vida parece reducirse a rutinas implacables. Prabha, atrapada en un matrimonio arrugado por la distancia y la indiferencia, lleva la carga de su vida secreta mientras su marido, que vive en Alemania, le envía objetos, como una máquina para hacer arroz, que representan tanto la presencia como la ausencia. Por su parte, Anu, aún joven, se ve atrapada en una relación prohibida con Shiz (Hridhu Haroon), un hombre musulmán, mientras lucha por comprender su futuro en una ciudad donde la segregación religiosa define sus opciones.

El trabajo de Kapadia destaca por su habilidad para hacer que lo ordinario se convierta en lo extraordinario. Las conversaciones simples y las escenas de la vida diaria se transforman en momentos cinematográficos llenos de significado. A través de una narración que no busca impresionar con giros dramáticos, sino sumergir al espectador en el ritmo y las emociones de los personajes, Kapadia crea una atmósfera onírica que se desliza entre la realidad y el deseo. Las luchas personales de las mujeres, aunque profundamente individuales, se entrelazan con la dinámica de una ciudad que, aunque siempre viva, nunca parece darles el espacio que necesitan para ser.

El verdadero drama de la película surge cuando Parvaty enfrenta la posibilidad de perder su hogar, mientras Bombay, en constante transformación, da paso a lujosos rascacielos y expulsa a aquellos que, como ella, hacen posible su funcionamiento. En el tercer acto, las tres mujeres se embarcan en un viaje hacia un pequeño pueblo costero, un retorno simbólico a la calma y la posibilidad de la liberación personal. Este final, aunque algo predecible, se siente genuino, un respiro necesario para los personajes y, por extensión, para el público.

Estrenada con gran éxito en Cannes, All We Imagine as Light ha consolidado a Payal Kapadia como una voz destacada en el cine contemporáneo. A través de su mirada única, la película recuerda el poder del cine para capturar la belleza y la dureza de lo cotidiano, recordándonos que incluso cuando no ocurre gran cosa, la vida misma sigue siendo un acto trascendente.

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