Tel Aviv, Israel, 26 oct.- En una dramática madrugada, Israel llevó a cabo ataques aéreos en Irán, apuntando a instalaciones militares que, según afirmó, fueron empleadas para fabricar misiles lanzados contra territorio israelí a inicios de este mes. La operación incluyó bombardeos en fábricas de misiles y sitios de defensa aérea iraní, aunque el alcance exacto de los daños no ha sido especificado por el ejército israelí.
Explosiones resonaron en Teherán, y las autoridades iraníes, en una respuesta medida, aseguraron que los daños fueron limitados. Según reportes de la televisora Al-Alam, dos soldados iraníes perdieron la vida en el ataque. La reacción oficial del gobierno iraní, manifestada por su Ministerio de Exteriores, fue clara: “Nos reservamos el derecho a defendernos contra cualquier acto de agresión extranjera”.
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, justificó el ataque como una respuesta necesaria frente a la creciente ofensiva iraní en la región. “Estamos enfocados en nuestras metas en Gaza y Líbano; sin embargo, es Irán quien insiste en incrementar la tensión regional”, declaró Hagari. Este ataque marca el primer enfrentamiento abierto de Israel en territorio iraní desde la guerra Irán-Irak de los años 80.
Repercusiones internacionales y reacciones políticas en Israel
En Israel, la acción ha dividido opiniones. Yair Lapid, líder de la oposición, criticó la decisión de no atacar objetivos económicos clave en Irán, sugiriendo que el gobierno israelí podría haber aplicado una represalia más contundente. Por otro lado, la comunidad internacional, incluida Estados Unidos y Reino Unido, ha instado a ambas partes a evitar una mayor escalada.
Además, Arabia Saudí se unió a otros países árabes en condenar la operación, calificándola de “violación de la soberanía iraní” y advirtiendo sobre el riesgo de una escalada de inestabilidad en toda la región. Hamás, el grupo insurgente palestino apoyado por Irán, también se pronunció en contra de la acción, acusando a Israel de poner en riesgo la seguridad regional.
Perspectivas para la región: un conflicto histórico al borde de una guerra abierta
Este episodio es el último en una larga serie de confrontaciones entre Israel e Irán, enemigos declarados desde la Revolución Islámica de 1979. La animosidad ha incluido campañas de sabotaje, ciberataques y ataques encubiertos a científicos y activos estratégicos iraníes, así como supuestos ataques iraníes a buques en el Golfo. Sin embargo, en esta ocasión, el conflicto es más abierto y directo, intensificando el riesgo de una guerra total.
Desde que el 7 de octubre Hamás atacó Israel, desencadenando una intensa ofensiva israelí en Gaza, el número de muertos en la Franja de Gaza supera ya las 42.000 personas, según fuentes médicas locales. Con más de un millón de libaneses desplazados por los combates en el sur del país y la amenaza constante de nuevos ataques, la región se encuentra en un estado de máxima tensión, en un conflicto que continúa afectando gravemente a la población civil y podría escalar en cualquier momento.