Jerusalén, 23 oct.- El Ejército israelí informó este miércoles haber llevado a cabo ataques sobre “varios centros de mando y control” de la milicia chií Hizbulá en la ciudad de Tiro, ubicada al sur de Líbano. Estos bombardeos se realizaron durante la mañana de hoy, según un comunicado militar israelí.
Las fuerzas israelíes señalaron que las operaciones se basaron en “información de inteligencia” y apuntaron a centros estratégicos de Hizbulá, especialmente en la zona de Tiro. Este enclave es considerado uno de los bastiones clave del grupo libanés, desde donde supuestamente se organizan ataques contra civiles y militares israelíes.
Como parte de las medidas de seguridad, Israel ordenó la evacuación de gran parte de la población de Tiro, estimada en más de 14.000 personas, muchas de las cuales ya habían sido desplazadas previamente por la escalada de violencia en el sur del Líbano durante el último mes. La advertencia se dirigió específicamente a quienes viven en áreas cercanas a edificios en varias calles clave, según el portavoz militar israelí, Avichay Adraee, quien también acusó a Hizbulá de operar en estas zonas.
Sin embargo, un testigo local reportó a EFE que la situación es “demasiado peligrosa” para que los residentes puedan evacuar la ciudad, por lo que muchos permanecen en las aceras, sin posibilidad de moverse debido a los constantes bombardeos.
Patrimonio bajo fuego
Tiro, una ciudad costera reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha sido gravemente afectada por los ataques israelíes, que se intensificaron hace un mes al inicio de la ofensiva contra Hizbulá. Las Fuerzas Armadas de Israel acusan al grupo chií de utilizar propiedades civiles y religiosas en todo el Líbano para sus operaciones, poniendo en riesgo la vida de los residentes.
Las cifras de la ONU indican que más de una cuarta parte del territorio libanés ha sido objeto de órdenes de evacuación emitidas por Israel debido a los enfrentamientos.
Escalada del conflicto
El conflicto entre Hizbulá e Israel ha cobrado un alto costo en vidas humanas. En Líbano, más de 2.500 personas han perdido la vida en el último mes, y otras 11.000 han resultado heridas, según las autoridades libanesas. En Israel, el saldo mortal asciende a 65 personas, de las cuales la mitad son civiles. Además, 16 soldados israelíes han muerto desde que el Ejército cruzó la frontera hacia el sur del Líbano el pasado 1 de octubre, marcando el inicio de una operación terrestre.
La escalada de violencia entre ambos bandos ha agravado una situación ya tensa en la región, con impactos devastadores en la población civil de ambos países.