La Paz, 23 sep.- Bolivia ha declarado que alberga el 30 % de las reservas de litio del mundo en sus vastos salares, generando un creciente interés por parte de naciones como Rusia, China e India. Estos países ya han establecido contactos con el gobierno boliviano, atraídos por la facilidad de extracción y el bajo costo del mineral.
Rusia ha tomado la delantera en este interés, firmando hace dos semanas un contrato entre la empresa Uranium One Group y la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para construir una planta de extracción de litio en el salar de Uyuni, el más grande del mundo. Esta planta, con una inversión superior a 950 millones de dólares, tiene como objetivo producir 14,000 toneladas anuales del mineral.
El gobierno boliviano también ha sellado acuerdos con compañías chinas, como CATL BRUNP & MOC y Citic Guoan, para el diseño y construcción de plantas de carbonato de litio. Además, se ha suscrito un convenio con la firma india Altimin para desarrollar tecnología en la fabricación de baterías de ion de litio.
La competencia por el litio boliviano no se limita a estos tres países. Francia, Alemania, Corea del Sur y otros están igualmente interesados en este recurso estratégico. Según Héctor Córdova, expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), la existencia de litio en estado líquido en Bolivia lo convierte en un recurso más accesible y económico en comparación con otros países donde se encuentra en estado sólido, como Argentina y Chile.
La extracción del litio boliviano es considerada una ventaja significativa para cualquier nación que busque avanzar en el campo tecnológico. Córdova destacó que el país andino tiene potencial no solo para extraer litio, sino también otros minerales de valor como potasio, bórax y magnesio.
A finales de 2023, Bolivia inauguró un complejo industrial de litio que ha estado bajo escrutinio por posibles irregularidades en su construcción. En enero de este año, el gobierno lanzó una nueva convocatoria internacional para la explotación de sus recursos evaporíticos, incluyendo litio y otros minerales, en siete salares mediante la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL).
La relación entre Bolivia y Rusia se ha estrechado, con encuentros recientes entre el presidente Luis Arce y el líder ruso Vladímir Putin, lo que ha llevado a analistas a señalar un interés claro por parte de Rusia en asegurar el control sobre el litio boliviano. Sin embargo, este contrato debe ser aprobado por el Órgano Legislativo boliviano, y se ha planteado la preocupación de que el acuerdo con la empresa rusa podría tener carácter de exclusividad, lo que ha llevado a la oposición a manifestar su intención de oponerse a dicho contrato si se confirma esta cláusula.