Madrid, 14 sep. – El Gobierno español ha optado por bajar el tono en la reciente escalada de tensiones con Venezuela, tras la decisión del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de convocar al embajador de España en Caracas y llamar a consultas a su representante en Madrid. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, calificó esta decisión como una “soberana” de cada Estado y señaló que no hay comentarios adicionales al respecto.
El origen de la disputa fue la declaración de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien describió al gobierno de Maduro como una “dictadura” y criticó la situación de los venezolanos que han huido del país. Estas declaraciones fueron calificadas por Maduro como “insolentes y groseras”, lo que llevó a la acción diplomática de su gobierno.
Gobierno español busca mantener buenas relaciones
El ministro Albares reiteró el compromiso del Ejecutivo español de mantener “las mejores relaciones posibles” con Venezuela, buscando siempre proteger los intereses de la comunidad española y las empresas en el país sudamericano. A su vez, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, aseguró que España defenderá sus intereses si la situación lo requiere.
Por otro lado, el líder opositor venezolano Juan Pablo García restó importancia a la crisis diplomática, considerándola una distracción, y sugirió que ni Caracas ni Madrid están interesados en romper relaciones.
Contexto político y presión internacional sobre Maduro
El conflicto diplomático entre España y Venezuela ha cobrado mayor relevancia tras la reciente visita a Madrid de Edmundo González Urrutia, líder opositor venezolano, quien ha solicitado asilo en el país europeo. Aunque el Gobierno español no lo ha reconocido como presidente electo de Venezuela, la oposición y sectores de la derecha española, como el Partido Popular (PP) y Vox, han instado a Sánchez a tomar una postura más firme.
Mientras tanto, la presión internacional contra el régimen de Maduro aumenta. Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra altos funcionarios venezolanos, y el alto representante de la UE, Josep Borrell, señaló que aunque Maduro sigue controlando el poder en Venezuela, no puede reclamar legitimidad democrática.
Venezuela rechaza injerencia externa
El canciller venezolano, Yván Gil, advirtió al embajador español en Caracas que Venezuela no permitirá “acciones injerencistas” y tomará las medidas necesarias para defender su soberanía. Aliados del Gobierno de Maduro, como el expresidente boliviano Evo Morales, condenaron la postura de España y las recientes sanciones internacionales, señalando que Venezuela no puede ser tratada como en tiempos coloniales.
La situación sigue siendo delicada, con expectativas de mayores sanciones internacionales y presiones políticas, tanto en Europa como en América, sobre el gobierno de Nicolás Maduro.