Chicago (EE.UU.), 24 de agosto.- En su campaña para convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y su equipo han adoptado una estrategia distintiva comparada con la de Hillary Clinton. Este enfoque busca resaltar el contraste entre una figura femenina poderosa en un matrimonio moderno y la masculinidad tóxica representada por el expresidente Donald Trump.
Uno de los momentos más reveladores durante la Convención Nacional Demócrata fue la intervención de Doug Emhoff, el esposo de Harris. En su discurso, Emhoff describió a Harris como una “guerrera” que, a pesar de su trabajo prioritario, encuentra tiempo para sus hijastros. Recordó su primera cita con Harris, revelando anécdotas personales que subrayan su carácter empático pero firme.
Durante la convención, la temática de una nueva masculinidad fue evidente. El expresidente Barack Obama, por ejemplo, destacó que solo él sería lo suficientemente “estúpido” para dar un discurso después de Michelle Obama, quien recibió una ovación más calurosa que él en el United Center de Chicago. El senador Mark Kelly también comentó sobre la desventaja de hablar después de su esposa, Gabby Giffords, y de la cantante Pink, parte de una alineación de artistas predominantemente femeninas.
Los organizadores de la convención, expertos en producciones de alto perfil como la Super Bowl y los Globos de Oro, enmarcaron a Donald Trump como el antítesis de esta nueva masculinidad, aludiendo indirectamente a su obsesión con el tamaño y las multitudes. Barack Obama se mofó de la inseguridad de Trump, mientras que el congresista republicano Adam Kinzinger lo describió como “un hombre débil que pretende ser fuerte”.
Dan Balz, corresponsal jefe del Washington Post, argumentó que Harris, una mujer negra e india americana, ha logrado desplazar al “hombre alfa blanco” de la conversación nacional, negándole la atención central que constantemente busca.
Trump, por su parte, respondió casi en tiempo real a las críticas de la convención, cuestionando la “debilidad e incompetencia de Harris”. Además, ha continuado publicando en Truth Social imágenes que contrastan su imagen con la de figuras políticas demócratas, incluidas fotos de él montado en un león y una imagen de Robert F. Kennedy Jr. junto a una política demócrata transexual.
La polarización entre los jóvenes, que muestran una mayor diferencia de preferencias respecto a las mujeres, jugará un papel crucial en las elecciones. Kamala Harris, que no ha centrado su campaña en el hecho de convertirse en la primera mujer presidenta, también dependerá del apoyo de hombres votantes que rechazan la masculinidad obsoleta. La dinámica entre estos factores será determinante en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.