Teherán, Irán – 6 de julio de 2024 – Masud Pezeshkian, el candidato reformista que ha abogado por mejorar las relaciones con Occidente, se impuso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Irán, derrotando al ultraconservador Said Jalili. Pezeshkian, que ha recibido más de 16 millones de votos, representando cerca del 54% de los sufragios, se ha hecho con la victoria en un contexto electoral marcado por un incremento en la participación ciudadana y un ferviente deseo de cambio político.
En un mensaje a la nación a través de la red social X, Pezeshkian expresó su agradecimiento y extendió una invitación a la colaboración y empatía de la población, subrayando los desafíos que enfrenta la nación y la importancia de la unidad para superarlos. “El camino que tenemos por delante es difícil. Sólo será fácil con su cooperación, empatía y confianza. Les tiendo la mano”, declaró el presidente electo de 69 años.
El contexto electoral ha estado fuertemente influenciado por el descontento popular ante la situación económica del país, exacerbada por las sanciones occidentales y la crisis derivada de la pandemia. La muerte del presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el pasado mes de mayo precipitó estas elecciones, en las que la comunidad internacional ha depositado sus esperanzas de una renovación diplomática y económica para Irán.
El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, ha felicitado a Pezeshkian, instándole a seguir el camino del difunto Raisi y a utilizar todas las capacidades del país para el progreso y el bienestar de la población. En contraste, Pezeshkian ha prometido una política más abierta y menos restrictiva, particularmente en lo que respecta a las relaciones internacionales y las políticas sociales dentro de Irán.
A nivel internacional, líderes de varios países, incluidos Rusia, Arabia Saudita, China e India, han expresado su optimismo respecto al liderazgo de Pezeshkian, anticipando un fortalecimiento en las relaciones bilaterales y una mayor cooperación en diversos frentes. Estas felicitaciones reflejan la relevancia de Irán en la geopolítica regional y la expectativa de un cambio en la dirección política del país bajo la nueva administración reformista.