SAO PAULO, 25 de abril.- El expresidente de Brasil, Fernando Collor de Mello, fue arrestado este viernes en el estado nororiental de Alagoas para cumplir una sentencia de prisión derivada de su condena por corrupción en 2023. La orden de arresto fue emitida por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, quien determinó que Collor debe comenzar a cumplir una pena de ocho años y 10 meses de prisión.

La condena está relacionada con un esquema de sobornos en el que Collor recibió 20 millones de reales (equivalentes a 3,5 millones de dólares) para facilitar contratos entre BR Distribuidora, una subsidiaria de Petrobras, y la constructora UTC Engenharia. A cambio, ofreció apoyo político para nombramientos clave dentro de BR Distribuidora cuando aún era una empresa estatal.

Este caso se originó en el marco de la Operación Lava Jato, una investigación histórica que ha desenmascarado redes de corrupción que involucran a políticos y empresarios de alto perfil en Brasil y otros países de América Latina. Entre los implicados figura incluso el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue arrestado en 2018 y permaneció encarcelado durante casi dos años antes de que sus condenas fueran anuladas.


Un Polémico Legado Político

Collor, de 75 años, fue el primer presidente brasileño elegido democráticamente tras la dictadura militar de 21 años, asumiendo el cargo en 1990. Sin embargo, su mandato quedó marcado por acusaciones de corrupción que llevaron a su destitución y remoción del poder en 1992. Años después, en 2007, regresó a la política como senador, representando a su estado natal de Alagoas.

El juez Alexandre de Moraes argumentó en su fallo que Collor debería comenzar a cumplir su sentencia inmediatamente, destacando que las apelaciones presentadas por sus abogados han sido meramente dilatorias y carecen de mérito legal. Según el sistema judicial brasileño, los casos que involucran a exmandatarios, miembros del Congreso y ministros son competencia exclusiva del Supremo Tribunal Federal. Hasta ahora, Collor había evitado la prisión gracias a recursos legales continuos.


Reacciones y Contexto Legal

El pleno del Supremo Tribunal tiene previsto votar este viernes para confirmar la decisión del juez Moraes. En su orden, el magistrado recordó que en casos similares el tribunal ha dictaminado que, una vez agotadas las apelaciones sin éxito, no hay justificación para retrasar el cumplimiento de la sentencia.

Hasta el momento, los abogados de Collor no han emitido declaraciones públicas sobre el arresto ni han respondido a las solicitudes de comentarios realizadas por medios internacionales como The Associated Press .


Lava Jato: Un Legado de Escándalos

La Operación Lava Jato, iniciada en 2014, ha sido una de las investigaciones más impactantes en la historia reciente de Brasil, revelando esquemas masivos de corrupción en Petrobras y otras empresas estatales. Políticos de todos los niveles, incluyendo expresidentes y ministros, han sido implicados en el escándalo, lo que ha generado debates sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el país.

Collor se convierte así en el último expresidente brasileño en enfrentar consecuencias penales por actos de corrupción. Su arresto marca un nuevo capítulo en la lucha contra la impunidad en Brasil, aunque también resalta la persistencia de prácticas corruptas en los más altos niveles del poder.


¿Qué Sigue Para Collor?

Con la confirmación del arresto, Collor ingresará inicialmente en prisión, aunque podría solicitar posteriormente medidas alternativas como arresto domiciliario debido a su edad y estado de salud. Sin embargo, el hecho de que haya sido detenido representa un hito significativo en la aplicación de la ley contra figuras políticas poderosas en Brasil.

Mientras tanto, la opinión pública sigue dividida: algunos celebran la medida como un avance en la lucha contra la corrupción, mientras que otros critican la lentitud del sistema judicial para resolver casos de alto perfil. Lo cierto es que el arresto de Collor refuerza el mensaje de que, incluso décadas después, los actos de corrupción pueden tener consecuencias legales tangibles.

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