OTTAWA, 17 de abril — Las amenazas arancelarias, las tensiones políticas y los informes sobre extranjeros detenidos en la frontera estadounidense están llevando a muchos canadienses a cancelar sus viajes de negocios a Estados Unidos. Lo que comenzó como una preocupación económica ha escalado rápidamente a un temor personal, especialmente entre empresarios y profesionales que ahora ven el cruce fronterizo como una experiencia incierta e incluso potencialmente peligrosa.
El Caso de Oscar Acosta: Una Decisión Basada en el Miedo
Para Oscar Acosta, director ejecutivo de tecnología de Body M3canix, una startup con sede en Ottawa especializada en dispositivos de seguimiento de actividad física para entornos extremos, el momento decisivo llegó cuando leyó sobre el caso de Jasmine Mooney, una actriz y empresaria canadiense de 35 años que fue detenida durante 12 días en la frontera de San Diego tras solicitar una visa de trabajo. Después de su liberación, Mooney fue prohibida de ingresar a Estados Unidos durante cinco años.
“Eso me dio miedo”, admitió Acosta.
“Siendo emprendedor y perteneciendo a una minoría visible —porque mi origen es hispano—, ¿no me encontraría en una situación como la de esta señora?”
Este testimonio refleja una creciente inquietud entre los canadienses, particularmente aquellos con antecedentes étnicos o culturales diversos, quienes sienten que podrían ser blanco de un escrutinio desproporcionado al intentar ingresar a Estados Unidos. Para Acosta, los riesgos superaron los beneficios de asistir a tres convenciones empresariales programadas en territorio estadounidense.
La Reacción Generalizada
Acosta no está solo. Desde la implementación de nuevas políticas migratorias y comerciales bajo la administración del presidente Donald Trump, se ha observado un aumento significativo en la cancelación de viajes de negocios desde Canadá hacia Estados Unidos. Empresarios, académicos y trabajadores temporales han expresado preocupaciones similares:
- Políticas migratorias más estrictas: Los informes sobre detenciones arbitrarias, denegaciones de entrada y prohibiciones prolongadas han generado un ambiente de incertidumbre.
- Tensiones comerciales: Las amenazas arancelarias y las restricciones económicas han afectado la confianza en el mercado estadounidense, especialmente entre pequeñas y medianas empresas canadienses.
- Preocupaciones personales: Muchos canadienses temen enfrentarse a situaciones humillantes o discriminatorias debido a su apariencia, nacionalidad o historial migratorio.
Un estudio reciente realizado por la Cámara de Comercio de Canadá reveló que casi el 40% de las empresas canadienses han reconsiderado sus planes de viaje a Estados Unidos debido a estas preocupaciones. Entre ellas, las startups tecnológicas y las empresas emergentes son las más afectadas, ya que dependen fuertemente de eventos internacionales para establecer conexiones clave y cerrar acuerdos.
Impacto Económico y Relaciones Bilaterales
La decisión de evitar viajar a Estados Unidos tiene consecuencias tanto económicas como diplomáticas. A nivel empresarial, las cancelaciones están afectando sectores clave como la tecnología, el turismo y la educación:
- Turismo y Hotelería: Las ciudades estadounidenses que tradicionalmente recibían a miles de canadienses cada año están experimentando una caída notable en reservas de hoteles y restaurantes.
- Eventos Internacionales: Convenciones y ferias comerciales en ciudades como Nueva York, Chicago y San Francisco reportan una disminución en la participación canadiense.
- Relaciones Bilaterales: Este distanciamiento podría erosionar aún más la relación entre ambos países, especialmente en momentos de creciente tensión comercial.
El gobierno canadiense ha expresado su preocupación por estos desarrollos. El primer ministro Mark Carney señaló recientemente que “las barreras innecesarias impuestas por Estados Unidos no solo afectan nuestra economía, sino también el espíritu de cooperación que históricamente ha caracterizado nuestras relaciones.”
Historias Similares: Más Allá del Caso Mooney
El caso de Jasmine Mooney no es único. Varias otras historias han captado la atención pública en los últimos meses:
- Sarah Patel, una ingeniera de software de Toronto, fue detenida durante seis horas en el aeropuerto de Detroit después de que los agentes cuestionaran la validez de su visa de trabajo. Aunque finalmente le permitieron ingresar, decidió no regresar a Estados Unidos hasta que haya cambios claros en las políticas migratorias.
- David Chen, un empresario chino-canadiense, fue sometido a un interrogatorio exhaustivo sobre sus antecedentes financieros antes de ser rechazado en la frontera de Buffalo, Nueva York. Su empresa perdió un contrato importante debido a su ausencia.
Estos casos resaltan cómo las políticas fronterizas estadounidenses están impactando directamente a ciudadanos canadienses, generando un clima de desconfianza y ansiedad.
Una Alternativa Emergente: Europa y Asia
Ante la incertidumbre en la frontera sur, muchas empresas canadienses están buscando alternativas. Países como Alemania, Francia y Japón se han convertido en destinos preferidos para conferencias y reuniones comerciales. Además, el fortalecimiento de los lazos comerciales con el Reino Unido y Australia ofrece nuevas oportunidades para expandir negocios sin depender exclusivamente del mercado estadounidense.
“Europa y Asia ofrecen mercados más estables y receptivos”, comentó Rachel Thompson, directora de una firma consultora con sede en Vancouver.
“No podemos permitirnos perder tiempo ni dinero tratando de navegar las complicaciones de la política estadounidense.”
Conclusión: Un Futuro Incierto
¿Qué significa esto para el futuro de las relaciones entre Canadá y EE.UU.? La decisión de muchos canadienses de evitar viajar al sur de la frontera refleja una crisis de confianza que va más allá de las tensiones comerciales. Las políticas migratorias restrictivas y los informes de abusos en la frontera están alejando a posibles socios comerciales y visitantes, lo que podría tener repercusiones duraderas para la economía y las relaciones bilaterales.
Mientras tanto, empresarios como Oscar Acosta buscan alternativas dentro de Canadá y otros mercados globales, priorizando la seguridad y la previsibilidad sobre la conveniencia de hacer negocios en Estados Unidos. Este cambio de paradigma podría redibujar el mapa económico internacional, dejando a EE.UU. con menos aliados y socios estratégicos en su propio patio trasero.
En última instancia, el mensaje es claro: si Estados Unidos desea mantener su posición como destino preferido para los negocios internacionales, deberá abordar urgentemente las preocupaciones legítimas de sus vecinos y socios comerciales. De lo contrario, el costo será alto, tanto en términos económicos como diplomáticos.