WASHINGTON, 15 enero.- El senador Marco Rubio, nominado como secretario de Estado en la próxima administración de Donald Trump, urgió este miércoles a Ucrania y Rusia a realizar concesiones mutuas para lograr un alto el fuego y poner fin a la guerra, destacando que la diplomacia debe ser el pilar central de la estrategia estadounidense.
“Lo que hizo Vladímir Putin es inaceptable. No hay duda de ello. Pero esta guerra debe terminar, y creo que la posición oficial de Estados Unidos debe ser que termine”, afirmó Rubio durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Diplomacia audaz y concesiones necesarias
El senador señaló que alcanzar la paz no será sencillo, pero subrayó la necesidad de una “diplomacia audaz”. Rubio considera poco probable que Rusia pueda invadir completamente Ucrania o que Ucrania recupere sus fronteras previas a la invasión rusa de febrero de 2022 sin un acuerdo negociado.
“Tendrá que haber concesiones por parte de la Federación Rusa, pero también de los ucranianos. Es crucial encontrar un equilibrio realista entre ambas partes para garantizar una solución sostenible”, afirmó Rubio.
Críticas a la estrategia de Biden en Ucrania
Rubio cuestionó la estrategia de la Administración de Joe Biden, a la que acusó de enviar armamento a Ucrania sin definir un objetivo claro para el conflicto. Según el senador, la postura de “proveer lo que sea necesario durante todo el tiempo que sea necesario” no es sostenible ni realista.
El senador, quien inicialmente condenó con firmeza la invasión rusa, votó en contra del último paquete de ayuda militar a Ucrania debido a la falta de medidas relacionadas con la inmigración en la frontera sur de Estados Unidos.
La visión de Trump para Ucrania
Donald Trump, quien asumirá la presidencia el próximo 20 de enero, ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania. Rubio, alineado con esta posición, busca encabezar una política exterior que priorice la negociación y evite una escalada prolongada del conflicto.
La comunidad internacional permanece atenta a los próximos pasos de la administración entrante, que podría redefinir el papel de Estados Unidos en uno de los conflictos más graves de la última década.