São Paulo, 15 dic. – El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de 79 años, fue dado de alta del Hospital Sirio Libanés este domingo tras ser tratado por una hemorragia intracraneal detectada a inicios de la semana pasada. Sin embargo, el mandatario deberá permanecer en São Paulo hasta el jueves para someterse a exámenes médicos de control, incluyendo una tomografía.

Según su médico personal, Roberto Kalil, aunque Lula ha dejado el hospital, aún no cuenta con el alta médica completa y deberá mantener ciertas restricciones, especialmente en actividades físicas y viajes internacionales.

Declaraciones del presidente tras el alta

Lula apareció sorpresivamente en la rueda de prensa en el hospital, vestido y listo para dirigirse a su residencia particular en São Paulo. Con un sombrero Panamá, que dijo usar por “vanidad” para ocultar el curativo, agradeció al equipo médico y compartió detalles sobre su experiencia y recuperación.

“Me preocupó la cantidad de líquido acumulado en mi cabeza. Pensé que ya estaba curado después de las tomografías tras mi caída en octubre, pero el volumen de sangre aumentó y fue alarmante”, dijo el mandatario.

El líder progresista explicó que los síntomas se intensificaron el lunes pasado, cuando experimentó fuertes dolores de cabeza, enrojecimiento ocular y lentitud en sus movimientos. Esto lo llevó a consultar nuevamente a los médicos, quienes detectaron la gravedad del hematoma y recomendaron una cirugía urgente.

Tratamiento médico y restricciones

Lula fue sometido a dos procedimientos médicos esta semana. La primera intervención, realizada el lunes por la noche, consistió en drenar el hematoma intracraneal. La segunda, llevada a cabo el jueves, fue una embolización de la arteria meníngea media, destinada a prevenir nuevas hemorragias.

Kalil aclaró que el presidente podrá retomar sus funciones como jefe de Estado, pero con moderación durante al menos 60 días. Además, sus actividades físicas, salvo paseos cortos, estarán totalmente restringidas, y solo podrá realizar vuelos cortos una vez autorizado por los exámenes pendientes.

“Con excepción de viajes internacionales y ejercicios físicos, Lula podrá desempeñar sus funciones presidenciales desde su residencia o despacho, siempre que modere su agenda,” aseguró Kalil.

Un proceso de recuperación cauteloso

El hematoma que afectó al presidente fue consecuencia de una caída sufrida el 19 de octubre en el Palacio de la Alvorada, donde se golpeó la cabeza en el baño y requirió puntos de sutura en la nuca. Aunque inicialmente parecía recuperado, las complicaciones detectadas en los exámenes recientes llevaron a una atención médica más intensiva.

Lula permanecerá en São Paulo hasta que los resultados de los próximos exámenes confirmen que puede regresar a Brasilia y retomar plenamente sus actividades en el Palacio de Planalto.

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