WEST PALM BEACH, Florida, EE.UU., 30 Nov.- El primer ministro canadiense Justin Trudeau mantuvo el sábado una “excelente conversación” con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en su finca de Mar-a-Lago, después de que las amenazas de imponer aranceles a los productos de Canadá y México generaran preocupaciones en Ottawa y Ciudad de México.

La reunión, que fue organizada de manera apresurada la noche del viernes, tuvo una duración de tres horas y cubrió una amplia gama de temas, incluyendo comercio, seguridad fronteriza, fentanilo, defensa, Ucrania, OTAN, China, Oriente Medio, y el futuro de los oleoductos, además de la próxima reunión del G7 en Canadá.

Trump había anunciado previamente que, al asumir el cargo en enero, implementaría un impuesto del 25% sobre todos los productos que ingresaran a Estados Unidos desde Canadá y México, como respuesta a lo que él considera una afluencia de migrantes y drogas a través de las fronteras. La medida, una de sus primeras órdenes ejecutivas, alarmó a los gobiernos de ambos países.

El trasfondo de las amenazas y la conversación

Trudeau, quien previamente había dicho que resolvería la cuestión de los aranceles con Trump, reconoció que los aranceles son un tema crucial para Canadá. A su salida de la reunión, el primer ministro expresó que fue una conversación “excelente”, aunque no se detalló si las preocupaciones de Trump fueron plenamente aliviadas.

En la cena, acompañaron a Trudeau el ministro de seguridad pública de Canadá, Dominic LeBlanc, y Katie Telford, jefa de gabinete del primer ministro, mientras que Trump estuvo acompañado por varios de sus futuros colaboradores, entre ellos Howard Lutnick, quien será su secretario de Comercio.

Trudeau comentó antes de partir hacia Florida que las amenazas de Trump, como la del impuesto del 25%, tendrían un impacto negativo tanto para Canadá como para los ciudadanos estadounidenses, pues elevarían los precios y perjudicarían a la industria y los negocios de ambos países.

Impacto en el comercio norteamericano

Las posibles tarifas arancelarias de Trump podrían tener graves repercusiones en el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, el T-MEC, renegociado durante su primer mandato. Canadá, que exporta bienes y servicios por valor de 3.600 millones de dólares canadienses (2.700 millones de dólares estadounidenses) diariamente a Estados Unidos, es el principal destino de exportación para 36 estados norteamericanos.

Trudeau también señaló que Trump fue elegido por su promesa de reducir los costos de los alimentos, pero las amenazas de nuevos aranceles contradicen esa promesa, dado que aumentarían el costo de productos como las papas canadienses.

Posicionamiento de los gobiernos de Canadá y México

El gobierno canadiense considera injusto que se agrupe a Canadá con México, especialmente dado que las incautaciones de fentanilo en la frontera canadiense son mínimas en comparación con las de la frontera mexicana. A pesar de esto, los funcionarios canadienses están dispuestos a hacer nuevas inversiones en seguridad fronteriza para abordar las preocupaciones de Trump.

Aunque la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, expresó su confianza en que se evitará una guerra arancelaria, los funcionarios de Ottawa continúan manteniendo un enfoque diplomático para resolver la disputa sin que se llegue a nuevas represalias.

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