Madrid, 13 de noviembre de 2024 – La secuela de Gladiator, dirigida nuevamente por Ridley Scott, llega este viernes a los cines españoles con una propuesta más deslumbrante y desmesurada que su predecesora. El regreso a la Roma antigua, 15 años después de la muerte de Máximo Décimo Meridio (Russell Crowe), promete ser una experiencia visual única, aunque con notables licencias históricas que enriquecen el espectáculo y desatan el delirio.
En esta nueva entrega, protagonizada por Paul Mescal, el director británico lleva la película a niveles de magnitud aún mayores. Las batallas, los músculos de los héroes, los excesos de los emperadores (ahora son dos), y las escenas de violencia se han multiplicado, destacando especialmente las secuencias sangrientas y las confrontaciones épicas, como las batallas navales rodeadas de tiburones o los enfrentamientos con monos rabiosos.
Denzel Washington, uno de los grandes atractivos del filme, se perfila como favorito al Óscar a Mejor Actor Secundario por su papel de Macrino, un empresario de gladiadores que gana la confianza de los emperadores Geta (Joseph Quinn) y Caracalla (Fred Hechinger). Washington, con su imponente presencia, suma una capa de profundidad al espectáculo visual.
Mescal, quien asume el papel de un nuevo héroe gladiador, ha experimentado una transformación física notable para interpretar al protagonista. En su evolución desde el personaje sensible de Normal People hasta el guerrero musculoso que es ahora, Mescal busca atraer al público joven, aunque su carisma aún se encuentra a la sombra del legado de Crowe.
A nivel técnico, Gladiator 2 no escatima en recursos, con un despliegue impresionante de efectos visuales. El Coliseo ha sido recreado meticulosamente en el Fuerte Ricasoli de Malta, donde más de 500 extras interpretaron a los romanos, y el uso de drones y cámaras de última tecnología ayuda a captar la grandeza de las batallas.
La película se presenta como una de las grandes candidatas a los premios de la Academia, no solo por su impacto visual, sino también por su capacidad para transportarnos a un mundo tan épico como desmesurado. Como señala Washington en las notas de producción, Gladiator 2 es como “una película de Cecil B. DeMille con esteroides”, una frase que encapsula la magnitud de la nueva propuesta de Ridley Scott.