Washington, 5 nov. – El expresidente Donald Trump ha intensificado en los últimos días sus denuncias de fraude electoral en la recta final de la contienda, en la que se enfrenta a la actual vicepresidenta Kamala Harris. Aunque aún no ha anunciado que se proclamará vencedor antes de que termine el conteo de votos, como lo hizo en 2020, su campaña ya ha comenzado a cuestionar la legitimidad del proceso y asegura que, de ser necesario, disputará los resultados en los tribunales.
Es la tercera vez que Trump compite en una elección presidencial, y en esta ocasión su estrategia vuelve a centrarse en generar dudas sobre el proceso electoral. En 2016, Trump ganó sin necesidad de profundizar en sus teorías de fraude; sin embargo, tras su derrota en 2020, ha atribuido repetidamente el resultado a una supuesta manipulación, una afirmación que no ha sido respaldada por evidencia.
En un ambiente tenso, autoridades de varios estados advierten que el conteo de votos podría tardar varios días. En Arizona, por ejemplo, los funcionarios del condado de Maricopa estiman que el escrutinio podría extenderse de 10 a 13 días debido al elevado número de votos anticipados y a lo ajustado de la contienda.
El “espejismo rojo” y el riesgo de una declaración anticipada de victoria
Trump podría beneficiarse del llamado “espejismo rojo”, un fenómeno en el que los primeros resultados muestran una ventaja para los republicanos (asociados al color rojo) debido a que el voto presencial suele contarse primero. Conforme avanza el escrutinio, el apoyo a los demócratas incrementa con la inclusión de votos anticipados y por correo. En 2020, este efecto llevó a Trump a declararse ganador la noche de la elección, antes de que Joe Biden fuera finalmente confirmado como vencedor días después.
La campaña de Harris ha expresado que están listos para responder si Trump repite la táctica, anticipando que el exmandatario podría alegar fraude en caso de que los votos posteriores favorezcan a la vicepresidenta. Según un alto cargo demócrata, el equipo de Harris “espera plenamente” que Trump declare su victoria prematuramente el martes por la noche, en caso de obtener una ventaja inicial.
Trump insta a lograr una victoria “demasiado grande para manipular”
En sus recientes discursos, Trump ha alentado a sus seguidores a asegurar una victoria con un margen amplio para evitar, según él, que los resultados puedan ser manipulados. Esta retórica ha sido amplificada por medios conservadores, donde algunos analistas y comentaristas aseguran que la victoria de Trump ya es inminente.
Si los medios no confirman su victoria, Trump está dispuesto a llevar el conteo de votos a los tribunales, como lo hizo en 2020. En esta ocasión, cuenta con el respaldo de voluntarios del movimiento “Stop the Steal”, quienes se encuentran en los centros de votación para documentar supuestas irregularidades y respaldar sus acusaciones.
Medidas de seguridad y vigilancia en redes sociales
La creciente tensión ha llevado a varias autoridades a reforzar la seguridad en los centros de votación. La experiencia de 2020, cuando se registraron incidentes en Arizona y Míchigan, ha generado preocupación por posibles brotes de violencia. En redes sociales, plataformas como X, dirigida por Elon Musk, también han sido señaladas por permitir que se amplifiquen teorías de fraude, dado el apoyo declarado de Musk a Trump y sus mensajes que refuerzan esta narrativa.
La posibilidad de una larga disputa judicial y de una prolongada espera para conocer el resultado final sigue latente, con ambos candidatos listos para actuar en caso de una contienda cerrada.