Orlando, Florida, EE.UU., 4 nov.- Un sospechoso de 17 años ha sido acusado como adulto en relación con un tiroteo que dejó dos muertos y siete heridos durante las celebraciones de Halloween en el centro de Orlando, un evento que reunió a unas 75,000 personas. Jaylen Edgar enfrenta dos cargos de asesinato en segundo grado y uno por intento de asesinato, aunque el caso será revisado por un jurado investigador que podría elevar los cargos a asesinato en primer grado, según declaró el fiscal estatal Andrew Bain.
“Esta decisión no se tomó a la ligera, y solo después de revisar todas las pruebas disponibles”, afirmó Bain en una conferencia de prensa. Edgar es acusado de abrir fuego durante la celebración en una zona de bares y restaurantes el pasado viernes, resultando en la muerte de dos hombres, uno de los cuales era estudiante de la Universidad de Florida Central. Además de los fallecidos, siete personas resultaron heridas, y una mujer fue pisoteada en medio del caos que siguió al tiroteo.
La policía detuvo a Edgar en el lugar de los hechos. Entre los factores que llevaron a la decisión de acusarlo como adulto se incluyen “la naturaleza descarada del crimen” y el hecho de que varias personas fueron alcanzadas por los disparos. “Disparar contra una multitud de esa manera muestra un total desprecio por la vida y la única opción es procesar al acusado como adulto porque se ajusta a la naturaleza atroz del crimen”, subrayó Bain, describiendo el incidente como “una ejecución flagrante en medio de nuestras calles”.
La situación legal de Edgar permanece incierta, ya que no se ha confirmado si tiene representación legal. En respuesta a la tragedia, el alcalde de Orlando, Buddy Dyer, declaró el viernes un estado de emergencia en la zona de entretenimiento del centro. Durante una semana, la venta de alcohol se limitará hasta la medianoche y se establecerá un toque de queda de la 1 a las 5 de la mañana.
Este tiroteo ha suscitado una gran preocupación sobre la seguridad durante uno de los eventos más grandes del año en Orlando. La policía solía implementar medidas de seguridad más estrictas en celebraciones anteriores, incluyendo el cierre de calles y el uso de perros detectores de armas, pero estas prácticas se detuvieron tras la aprobación de una ley en 2023 que permite portar armas ocultas sin permiso en Florida.