Madrid, 12 Oct. – A pesar de las inclemencias meteorológicas que han azotado Madrid, la celebración del desfile del Día de la Fiesta Nacional ha tenido lugar este sábado, aunque con algunas restricciones en su duración y actividades. La fuerte lluvia que cayó durante el evento limitó el número de asistentes en el Paseo del Prado, quienes, desafiante ante el mal tiempo, no pudieron disfrutar del paso de los aviones ni del salto paracaidista.

La menor afluencia de público ha resultado en que los tradicionales pitos y abucheos hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fueran más moderados en comparación con años anteriores. Sin embargo, al llegar a la Plaza de Neptuno, fue recibido con gritos de “fuera, fuera” por algunos ciudadanos que se encontraban a más de cien metros de distancia, mientras que se escuchaban vivas al rey Felipe VI.

El desfile fue presidido por los reyes Felipe y Letizia, acompañados por la princesa Leonor, quien lució el uniforme de guardiamarina de la Escuela Naval. En total, 4.092 efectivos de las Fuerzas Armadas, incluyendo 473 mujeres, así como 166 vehículos motorizados y 210 caballos, recorrieron bajo la lluvia los 1.540 metros que separan la Plaza de Carlos V, en Atocha, de la Plaza de Colón, donde concluyó el desfile.

La Lluvia Impide el Despliegue Aéreo

Las condiciones climáticas impidieron que participaran las 85 aeronaves programadas (56 aviones y 20 helicópteros), incluidas las de la ‘Patrulla Águila’, que habitualmente pintan los cielos de Madrid con los colores de la bandera nacional. Los asistentes tampoco pudieron disfrutar de la exhibición de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (Papea), que tenía previsto realizar un salto de dos cabos portando las banderas nacional y conmemorativa.

La decisión de cancelar la exhibición aérea se tomó poco antes del inicio del acto, a la espera de que las condiciones meteorológicas mejoraran. Sin embargo, cuando la lluvia se intensificó y aproximadamente la mitad de las unidades ya habían desfilado, se discutió la posibilidad de interrumpir la parada militar, aunque finalmente se decidió continuar.

Este año, el desfile rinde homenaje a los militares españoles que participan en misiones de paz en el extranjero, especialmente a aquellos desplegados en Líbano, integrados en la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Unifil). Como novedad, la bandera de la ONU participó en el desfile por primera vez, escoltada por un piquete, junto con las banderas de Eslovaquia, Eslovenia, Portugal y Chequia, que junto a España forman parte de la brigada multinacional de la OTAN encargada de la disuasión en el flanco este.

Los reyes llegaron alrededor de las 11:00 horas a la Plaza de Neptuno, donde recibieron honores militares, y Felipe VI pasó revista al Batallón de Honores. Posteriormente, los monarcas saludaron a las autoridades, incluido el presidente Sánchez y otros miembros del Gobierno, así como a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida.

Un Regreso Significativo de Cataluña

En un giro significativo, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, asistió al acto, rompiendo una tendencia de 14 años en la que sus predecesores no se habían presentado. Tras el izado de la bandera nacional y un homenaje a quienes dieron su vida por España, en el que el rey y la princesa de Asturias depositaron una corona de flores, comenzó el desfile terrestre con el paso de unidades motorizadas, encabezadas por la sección de motos de la Guardia Real. Este año, la legión marchó a paso ordinario en lugar de rápido, y su mascota, un borrego macho de seis kilos llamado Killo, también estuvo presente.

Una vez concluida la parada militar, los reyes y la princesa de Asturias se trasladaron al Palacio Real para llevar a cabo la tradicional recepción a altas autoridades del Estado y representantes de los ámbitos político, económico, social y cultural.

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