El ‘Milei de Floripa’ y su peculiar campaña política en Brasil

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São Paulo, 8 sep.- Ademar Rodrigues Meireles, conocido como el ‘Milei de Floripa’, sorprendió a los habitantes de São Paulo cuando bajó las escaleras de su casa temporal completamente caracterizado como el presidente argentino Javier Milei. Su imitación no solo incluía la vestimenta, sino también su manera de hablar, llegando incluso a expresarse en otro idioma, emulando al líder argentino.

Ademar, un aspirante a concejal municipal por el Partido Liberal (PL) de Jair Bolsonaro, está en campaña para las elecciones del próximo 6 de octubre en Florianópolis, la capital del estado de Santa Catarina, una región con casi 8 millones de habitantes en el sur de Brasil, fronteriza con Argentina. “Está llena de argentinos”, señaló el político, justificando su admiración por Milei.

Su primera exposición a Milei fue impactante por lo que decidió emularlo, desde la peluca hasta la banda presidencial con los colores albicelestes. Desde entonces, asiste a manifestaciones personificado como el economista argentino, atrayendo la atención de curiosos que se detienen a tomarse fotos con él.

Rodrigues Meireles defiende su teatralidad política, argumentando que “todos los políticos hacen teatro” y que, para él, esta es una forma de llevar a cabo una “guerra cultural, social y política” contra la izquierda, a la que acusa de haber ocupado durante años espacios como la cultura y la academia.

Con su motosierra, un símbolo que lleva la frase “corte de gastos”, el candidato ha adoptado el estilo provocador de Milei. En sus declaraciones, criticó el estado actual de los “contratos sociales” en Brasil, y abogó por una nueva constitución que recupere el respeto perdido.

El pasado viernes, Rodrigues Meireles fue recibido con una caravana de autos en la avenida Paulista, la más importante de São Paulo, para celebrar su llegada a la ciudad antes de una manifestación organizada por Bolsonaro. La reacción de los transeúntes fue variada: algunos lo insultaron, mientras que otros lo vitorearon con entusiasmo, exclamando “¡Viva la libertad, carajo!”.

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