Madrid, 21 ago. — La familia de Mateo, el niño de 11 años asesinado el domingo en Mocejón mientras jugaba en un campo de fútbol, ha hecho un llamado a la calma ante la creciente crispación en redes sociales. La tragedia ha desencadenado una ola de desinformación y acusaciones racistas que han afectado a la familia y a su portavoz.
El mismo día en que se llevó a cabo el entierro del menor, la familia emitió un comunicado agradeciendo el apoyo de los vecinos, la cobertura mediática y el trabajo de las autoridades y las fuerzas de seguridad. La policía detuvo a un joven de 20 años en Mocejón, presunto autor del crimen, y está analizando un cuchillo con restos biológicos humanos encontrado cerca de la casa del padre del sospechoso. Este cuchillo podría ser el arma homicida.
La familia también solicitó “tranquilidad” a la comunidad local y rechazó los ataques sufridos por Asell Sánchez, primo de Mateo y portavoz de la familia. Sánchez ha sido objeto de ataques en redes sociales tras instar a no atribuir el crimen a la raza o color de piel del presunto asesino. Algunos perfiles en redes especulaban erróneamente que el sospechoso era un menor magrebí.
Mateo fue despedido en una ceremonia privada, con respeto absoluto hacia la familia. Mientras tanto, la investigación continúa con el joven detenido, quien se declaró culpable y afirmó que no pudo controlar sus acciones, atribuyendo el crimen a una especie de “otro yo”.
A nivel judicial, la Fiscalía de Delitos de Odio está revisando los mensajes falsos y de odio que han circulado en internet tras el crimen. El fiscal jefe ha propuesto reformas al Código Penal para imponer restricciones a los condenados por delitos de odio en redes sociales y exigir identificación a todos los usuarios de estas plataformas.
Tanto el Gobierno como la oposición están considerando medidas para abordar estos delitos y combatir la desinformación y el odio en las redes sociales.