Ottawa, 4 julio.- Las Fuerzas Armadas Canadienses reabrieron una investigación sobre un grupo de Facebook llamado “Blue Hackle Mafia”, que presuntamente incluye a miembros activos del Ejército y que ha sido descrito por el comandante del Ejército, el teniente general Michael Wright, como “aborrecible” por su contenido racista, misógino, homofóbico y antisemita.
Wright explicó en un comunicado de prensa que fue informado de la existencia del grupo el pasado 25 de junio, aunque la cadena de mando ya había recibido denuncias en diciembre de 2024, lo que dio origen a una investigación interna inicial. Sin embargo, la policía militar reabrió formalmente el caso el 27 de junio, debido a la gravedad de las nuevas evidencias.
“Publicar dicho contenido contradice nuestros valores y nuestra ética”, expresó Wright. “He reafirmado ante la cadena de mando la importancia de nuestros procesos disciplinarios y administrativos para abordar las denuncias de mala conducta”.
Contenido intolerable dentro de las fuerzas
El grupo, que operaba en línea de manera privada, habría compartido imágenes y comentarios de extrema intolerancia, violando los códigos de conducta y los principios fundamentales del Ejército canadiense.
Una portavoz de la Oficina del Provost Marshal de las Fuerzas Canadienses confirmó a The Canadian Press que la investigación fue inicialmente asignada a una unidad para revisión disciplinaria, pero ha sido retomada directamente por la policía militar, que determinará si hay fundamentos para presentar cargos por infracciones del servicio.
Historial de escándalos en las Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas Canadienses han enfrentado múltiples crisis de reputación en los últimos años, especialmente tras denuncias de conducta sexual inapropiada que se extendieron por todos los niveles jerárquicos. En 2022, un informe de la exjueza de la Corte Suprema Louise Arbour recomendó 48 reformas estructurales, entre ellas fortalecer los mecanismos disciplinarios y mejorar la cultura organizacional.
Wright subrayó que todos los miembros del Ejército deben mantener los más altos estándares de conducta, y que cualquier miembro vinculado a comportamientos inaceptables en línea puede enfrentar consecuencias disciplinarias o administrativas.
“Estamos comprometidos con erradicar cualquier forma de odio y discriminación dentro de nuestras filas”, concluyó.
La reapertura del caso será clave para determinar si las Fuerzas Armadas Canadienses están cumpliendo con las reformas prometidas y si son capaces de mantener la confianza pública en una institución fundamental para la seguridad nacional.